GNOSEOLOGÍA: TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO

 

ALGUNAS CITAS PARA PENSAR JUNT@S

  • • El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad en sabiduría. Isaac Asimov
  • • El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Aristóteles
  • • El peligro radica en que nuestro poder para dañar el ambiente, o al prójimo aumenta a mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder. Stephen William Hawking
  • • El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice. Aristóteles
  • • Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca. Jean De La Bruyère
  • • La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no. Lawrence Sterne
  • • La ciencia viene, la sabiduría se queda. Alfred Tennyson
  • • La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia. Johann Wolfgang Von Goethe
  • • La sabiduría de este mundo es la madre y raíz de todos los males. Erasmo De Rotterdam
  • • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • • Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello. Abraham Lincoln
  • • Muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubieran creído ya suficientemente sabios. Juan Luis Vives
  • • No basta adquirir la sabiduría, es preciso usarla. Marco Tulio Cicerón
  • • No hace falta defender siempre la misma opinión porque nadie puede impedir volverse más sabio. Konrad Adenauer.
  • • Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla. Aristóteles
  • • Si discutes mucho para probar tu sabiduría, pronto probarás tu ignorancia. Musarrif Ibn Muslih Saadi
  • • Todo hombre es tonto de remate al menos durante cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no sobrepasar el límite. Anónimo
  • • Una cosa es amar la sabiduría y otra haberla conseguido. Lucio Anneo Séneca

 

  • ¿Qué conocemos: las cosas o las ideas que tenemos sobre las cosas?
    ¿Cuál es el origen del conocimiento?
    ¿Cómo conocemos?
    ¿Qué conocemos?
    ¿Qué límite tiene nuestro conocimiento?

Estas son algunas de las preguntas que se han hecho desde siempre los filósofos. El problema del conocimiento: gnoseología, es uno de las cuestiones centrales de la filosofía, y más concretamente a partir del s. XVII. Ya los antiguos presocráticos reflexionaron sobre el tema distinguiendo el verdadero conocimiento (episteme) que va más allá de los sentidos y se funda en la razón, de la mera opinión (doxa) que es conocimiento aparente proporcionado por los sentidos.

 

1. CONOCER, SABER, PENSAR

Son tres conceptos diferentes:

A) Entenderemos por CONOCER el conocimiento directo de las cosas.

B) Por SABER: el conocimiento de verdades.

C) Y finalmente por PENSAR: considerar ideas en la mente.

 

2. ANÁLISIS DEL CONOCER

El conocimiento es la actividad mediante la cual un sujeto se representa a un objeto. De tal modo que dicha representación es el modo en que el sujeto puede pensar el objeto. El conocimiento es a la vez inmanente y trascendente. Lo primero porque la representación nace del propio sujeto. Lo segundo porque ninguna representación sería posible si no existiese fuera del sujeto un objeto capaz de suscitar la actividad cognoscitiva del sujeto. Lo que conozco es el objeto, no directamente, sino por mediación de la representación, que es una actividad constructiva.

Para conocer necesitamos que:

a) Exista un objeto.

b) Se dé una sensación o intuición (captar los datos de ese objeto a través de mis sentidos).

c) Se organice el material que me suministra la sensación, darle forma (in-formarlo)

Al final del proceso obtengo un concepto, es decir, una idea clara del objeto. Una vez obtenido un concepto podemos aplicarlo a diversos objetos que guarden alguna relación de semejanza. Como se aprecia a simple vista, el conocimiento es una actividad constructiva:

 

3. PROCESOS DE CONOCIMIENTO

3.1. INTUICIÓN Y CONCEPTO

Se entiende por intuición cualquier forma de conocimiento directo. Puede ser de dos tipos: sensible, cuando captamos un objeto a través de los sentidos. Intelectual, cuando se capta la verdad de alguna proposición (entendemos por proposición cualquier afirmación o negación sobre algo).

Un concepto es una representación intelectual que se expresa mediante términos generales: “casa”, “azul”. Para que realmente se dé conocimiento empírico (o experiencia) es necesario que a la intuición le siga un concepto, tal como sostenía Kant: “Las intuiciones sin concepto son ciegas, el concepto sin intuición vacío”. Las intuiciones son el equivalente a la materia, los conceptos la forma.

 

En todo conocimiento hay que distinguir materia, es decir, el objeto, y la forma, esto es, la manera cómo conocemos el objeto. Un salvaje ve de lejos una casa, de la cual desconoce su uso: este objeto se le presenta (es decir, es intuido) como podría serlo para otro que lo conociese determinadamente, es decir, como una habitación propia para el uso del ser humano. Mas en cuanto a la forma, este conocimiento del objeto es diferente en cada uno; en uno es simple intuición; en otro es intuición y noción (concepto) a la par Kant: Crítica de la Razón Pura

Ejercicio:

  • 1. ¿De qué elementos está compuesto el conocimiento?
    2. ¿Qué es la materia del conocimiento?
    3. ¿Qué es la forma?
    4. ¿Cómo llama Kant a la operación mediante la que se nos presenta un objeto?
    5. ¿Qué es para Kant el "concepto"?

Sobre cómo se forman los conceptos tendremos en cuenta dos teorías: la de la abstracción y la probabilística, aunque ambas se complementan entre sí.

 

A) ABSTRACCIÓN

Es una operación mental mediante la que obtenemos un concepto, separando lo que es esencial de lo que es accidental (“accidental” hace referencia a las cualidades secundarias de la cosa). Ej.: lo fucsia en sí no existe por sí mismo, porque siempre lo percibimos asociado a un objeto. Es una representación mental abstracta: casa fucsia, pared fucsia, vestido fucsia... a pesar de que lo fucsia no existe separado, aplicamos ese concepto a diversos objetos que guardan entre sí esa relación de semejanza. El proceso de abstracción no se realiza de modo consciente. Dicho de otra manera, los conceptos se forman por abstracción, prescindiendo de los elementos diferentes y separando los comunes. Ej.: sabemos que las mesas son todas diferentes, sin embargo, aplicamos o extendemos el concepto y el término mesa a objetos que reúnen una serie de características comunes.

 

B) TEORÍA PROBABILISTICA: Añade a la anterior la consideración según la cual los conceptos que obtenemos mediante abstracción, no están perfectamente definidos, sino que son de carácter borroso, de ahí que podamos aplicarlos con flexibilidad a lo que vamos conociendo.

 

El otro proyecto era un plan para abolir por completo todas las palabras, cualesquiera que fuesen; y se defendía como una gran ventaja, tanto respecto de la salud como de la brevedad. Es evidente que cada palabra que hablamos supone, en cierto grado, una disminución de nuestros pulmones por corrosión, y, por lo tanto, contribuye a acortarnos la vida; en consecuencia, se ideó que, siendo las palabras simplemente los nombres de las cosas, sería más conveniente que cada persona llevase consigo todas aquellas cosas de que fuese necesario hablar en el asunto especial sobre que había de discurrir. Y este invento se hubiese implantado, ciertamente, con gran comodidad y ahorro de salud para los individuos, de no haber las mujeres, en consorcio con el vulgo y los ignorantes, amenazado con alzarse en rebelión si no se les dejaba en libertad de hablar con la lengua, al modo de sus antepasados; que a tales extremos llegó siempre el vulgo en su enemiga por la ciencia. Sin embargo, muchos de los más sabios y eruditos se adhirieron al nuevo método de expresarse por medio de cosas: lo que presenta como único inconveniente el de que cuando un hombre se ocupa en grandes y diversos asuntos se ve obligado, en proporción, a llevar a espaldas un gran talego de cosas, a menos que pueda pagar uno o dos robustos criados que le asistan. Yo he visto muchas veces a dos de estos sabios, casi abrumados por el peso de sus fardos, como van nuestros buhoneros, encontrarse en la calle, echar la carga a tierra, abrir los talegos y conversar durante una hora; y luego, meter los utensilios, ayudarse mutuamente a reasumir la carga y despedirse”. J. Swift: Los viajes de Gulliver, III, 5.

Ejercicio:

  • 1. Ponle un título
    2. Haz un resumen
    3. Di cuál es la idea principal
    4. Qué conclusiones podemos extraer

4.2. LO CONCRETO Y LO ABSTRACTO

Mientras que el concepto es universal y abstracto (se aplica a un conjunto de individuos), la intuición o sensación es singular o concreta: Ej.: veo a mi preciosa amiga Eva Rujas concretamente, y no a un ser humano cualquiera, o a un ente (“ser humano” o “ente” son conceptos universales que aplicamos a una enorme cantidad de “elementos”).

[…] Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho. Esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etcétera. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entre sueños […] […] Cada palabra tenía un signo particular, una especie de marca; las últimas eran muy complicadas... Yo traté de explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario de un sistema de numeración. Le dije que decir 365 era decir tres centenas, seis decenas, cinco unidades: análisis que no existe en los "números" El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme. Locke, en el siglo xvii, postuló (y reprobó) un idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera un nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez[...] […]Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente) [..] […] Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos. La recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra. [...] […]Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado. Ireneo tenía diecinueve años; había nacido en 1868; me pareció monumental como el bronce, más antiguo que Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides. Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles. [...] Jorge Luís Borges: Funes el memorioso.

A los conceptos también se los llama categorías. Las categorías son necesarias para comprender el mundo en el que vivimos y ahorrarnos energía mental (recordad los problemas que tenía el sistema de numeración de Funes el memorioso, del relato de Borges). Gracias a las categorías clasificamos los objetos del mundo, son como un mapa de la realidad, y como tal nos sirven para desenvolvernos sin demasiadas dificultades dentro de un mundo infinitamente diverso. Es más fácil comunicarnos y pensar. Ej.: cuando me dicen que han visto a un animal de cuatro patas de color de la noche, con ojos almendrados, orejitas puntiagudas con cola fina y larga, et... y me dicen simplemente “gato”, esto último me ahorrará un gran esfuerzo mental ¿no?

Desde Aristóteles a la filosofía contemporánea se han ensayado un gran número de sistemas categoriales. Quizás los más conocidos son el del mismo Aristóteles y el de Kant. Las categorías pueden organizarse en un sistema jerárquico, de tal manera que se puede hablar de categorías:

a) Básicas (se corresponden con objetos de nuestra experiencia cotidiana, tales como “mesa”, “caballo”)

b) Supraordinadas (en las que se incluyen las anteriores, como “mueble”, “animal”)

c) Subordinadas (“mesa isabelina”, “caballo percherón”).

CATEGORÍAS

Pero las categorías no son algo exclusivo de los filósofos, sino algo común a toda la especie, tal como demuestran los estudios antropológicos y etnográficos. Así, por ejemplo, en nuestra zona no disponemos de categorías numerosas para pensar la nieve, contrariamente a lo que les ocurre a los esquimales. Sin embargo, respecto al concepto “cereza” tenemos una variada gama de categorías subordinadas mediante las que pensamos sus variedades: Picota, Pico Limón Negro, Ambrunés, Pico Negro y Pico Colorado.

 

4. ORIGEN Y LÍMITES DEL CONOCIMIENTO: BREVE HISTORIA DE LA GNOSEOLOGÍA CLÁSICA

 

Hasta aquí hemos intentado aclarar en qué consiste el conocimiento. Ahora veremos de dónde provienen nuestros conceptos, si surgen a partir de las intuiciones o si de alguna manera los poseemos ya en nuestro intelecto. Por otra parte, analizaremos si el conocimiento tiene límites. Para interrogarnos por lo anteriormente dicho nos situaremos en las diferentes perspectivas de la historia de la gnoseología.

En general, podemos distinguir en la historia de la filosofía dos grandes corrientes gnoseológicas: idealismo y realismo, inauguradas respectivamente por Platón y Aristóteles. Pero será a partir de la Edad Moderna con el racionalismo y el empirismo cuando el tema resurja con fuerza.

 

4.1. PRESOCRÁTICOS: DOXA/EPISTEME

Ya los antiguos PRESOCRÁTICOS (siglo VI a. C) reflexionaron sobre el tema distinguiendo el verdadero conocimiento --> EPISTEME que va más allá de los sentidos y se funda en la razón, de la mera opinión --> DOXA que es conocimiento aparente proporcionado por los sentidos.

Demócrito afirmaba que sólo la razón es fuente de conocimiento verdadero, mediante ella podemos conocer la verdadera realidad: la existencia de los átomos y del vacío. Las cualidades que percibimos por medio de los sentidos: colores, olores, sabores... no son reales, sino subjetivas. El conocimiento se produce al chocar las emanaciones de átomos de las diferentes entidades con los órganos de nuestros sentidos, pero hemos de ir más allá de la apariencia.

 

4.2. EL IDEALISMO DE PLATÓN

Platón es un filósofo ateniense de los siglos V-IV a. C. Fue discípulo de Sócrates. Fundó una escuela para filósofos a la que llamó “Academia”. Escribió alrededor de 27 obras en forma de diálogos. Se considera a Platón un filósofo idealista porque afirma que el verdadero conocimiento es el conocimiento de ideas, a las que la parte superior del alma, la racional, accede mediante el ascenso dialéctico a través de los cuatro grados de conocimiento. Además, según su teoría de la inmortalidad del alma, conocer es recordar las ideas a las que el alma accedió cuando vivió en el mundo de las ideas (Teoría de la reminiscencia o Anámnesis: “recuerdo”) La gnoseología platónica plantea una teoría sobre los grados de conocimiento, relacionada con lo que él denominó ascenso dialéctico o sencillamente, dialéctica. Este ascenso se explica en dos libros de “La República”: en los Libros VI y VII.

La ANALOGÍA DE LA LÍNEA así lo describe en el Libro VI de La República en el que Platón compara el conocimiento con una línea dividida en cuatro segmentos. El primero representa el grado de conocimiento más pobre y engañoso y el último el más perfecto y verdadero: el conocimiento de las ideas del mundo inteligible. Los cuatro grados de conocimiento son la imaginación, la creencia, el conocimiento dianoético, y el conocimiento noético, que es el grado más alto, aquel en el que captamos directamente las ideas. 

analogia de la linea

En el MITO DE LA CAVERNA, perteneciente al Libro VII de La República, Platón explica el estado del alma con relación a cada grado de conocimiento valiéndose de la siguiente comparación:

Los hombres son como unos prisioneros encadenados en el interior oscuro de una caverna (representa el mundo sensible), lo único que conocen del mundo son las sombras que se proyectan en la pared de la misma e imaginan que estas sombras son realidades (imaginación), o creen que los objetos artificiales que llevan los hombres detrás del tabique son reales (creencia). Pero las sombras y los objetos artificiales son "opiniones", “doxa”, que es el conocimiento propio del mundo sensible.

Hay que atreverse a salir de la caverna al mundo exterior (que representa el mundo de las ideas), y dejar atrás la ignorancia (doxa), así descubrirán que la verdadera realidad son las Ideas y que para conocerlas hay que pasar primero por el conocimiento dianoético, propio de las matemáticas. Este tercer grado de conocimiento se representa en el mito por los objetos reales relejados en el agua. Finalmente debemos acceder al conocimiento directo de ideas, que es el conocimiento noético, simbolizado por la visión directa de los objetos naturales. El conocimiento más elevado es el conocimiento de la idea de Bien, que viene representado en el mito por el Sol.

Ahora bien, no todos los hombres se atreven a salir de la ignorancia propia del mundo sensible, sólo los filósofos lo hacen, y al conocer la verdadera realidad son los más capacitados para gobernar la polis, de acuerdo con las ideas de Justicia y Bien.

 

4.3. GNOSEOLOGÍA ARISTOTÉLICO-ESCOLÁSTICA

Aristóteles fue un filósofo macedonio (ciudad de Estagira) de entre los siglos IV-III a. de C. y discípulo de Platón durante veinte años en la Academia. Tras la muerte de su maestro, abandonó la ciudad y a su regreso, fundó su propia escuela filosófica, el “Liceo" (estaba situada al lado del templo en honor a Apolo Licio). La obra del estagirita es, al igual que la de su maestro, muy extensa, aunque sus estilos son radicalmente distintos. La gnoseología aristotélico-escolástica (vigente desde Aristóteles hasta la Edad Media no adopta un punto de vista idealista como la platónica (Platón sostiene que el verdadero conocimiento es el de las ideas), sino realista, conocemos las cosas a través de los sentidos, aunque luego mediante un proceso de abstracción lo que conocemos son los conceptos (universales o ideas). Si tuviéramos que desglosar el proceso del conocimiento diríamos que todo conocimiento comienza por los sentidos y culmina en un tipo de conocimiento intelectual: el concepto universal, la esencia o forma.

Más pormenorizadamente:

• El objeto sensible es captado por cualquiera de los cinco SENTIDOS EXTERNOS que funcionan de forma especializada: vista, oído, olfato, tacto, gusto. Suministran los sensibles propios (color, sonido, olor, frío, dulce…): roja, esferoide, vegetal, olorosa, templada.

• Los datos suministrados se unifican en el llamado “SENTIDO COMÚN” que, distingue, organiza y unifica los sensibles propios y comunes (tamaño, figura, movimiento). Viene a ser lo que lo que nos hace ser conscientes de tener sensaciones: conciencia.

• En la conciencia se conservan y combinan entre sí por la intervención de la IMAGINACIÓN (capaz de producir imágenes) y la MEMORIA (conserva imágenes), formando una imagen despojada de todo elemento material.

• A continuación, intervienen las facultades superiores: el ENTENDIMIENTO AGENTE y el ENTENDIMIENTO PACIENTE.

El ENTENDIMIENTO AGENTE tiene la función de abstraer las cualidades particulares de la imagen creada por la imaginación y la memoria y elaborar un concepto que refleje lo esencial, lo universal (la forma)

Por último, el ENTENDIMIENTO PACIENTE iluminado por el agente “conoce” el universal (el concepto, la forma) y lo aplica a los casos particulares en los que sea menester

 

4.4. RACIONALISMO: DESCARTES

Entendemos por racionalismo una corriente filosófica surgida en el continente europeo en XVII con Descartes (aunque tiene sus antecedentes en el idealismo de Parménides y Platón), y que defiende la existencia de ideas innatas (Yo, Dios y Mundo); desconfía de los sentidos y afirma que la razón es la única fuente de conocimiento fiable. Otros racionalistas importantes son Spinoza y Leibniz.

Descartes es considerado el primer filósofo moderno por tratar de romper con la filosofía aristotélico-escolástica, fundar su filosofía en el sujeto y proponer un método de carácter deductivo para llegar a un conocimiento cierto.

La obra de Descartes más conocida por el gran público es el “Discurso del método”, una autobiografía filosófica. En ella establece las bases de la filosofía moderna sirviéndose de la duda metódica y del método, que son los pilares de su gnoseología.

En cuanto a la DUDA METÓDICA, no se trata de una duda escéptica (sin esperanza de llegar a un conocimiento cierto), sino provisional. Su función es la de poner en suspenso todo lo que creíamos verdadero, hasta que lleguemos a una certeza sobre la cual fundamentar las bases de un conocimiento cierto. La duda metódica es teorética, afecta a saberes como la Física, la matemática, la Filosofía. Es universal: se aplica a las enseñanzas recibidas, al testimonio de los sentidos y la dificultad de distinguir entre el sueño y la vigilia, y finalmente a las matemáticas.

 

En cuanto a la DUDA METÓDICA, no se trata de una duda escéptica (sin esperanza de llegar a un conocimiento cierto), sino provisional. Su función es la de poner en suspenso todo lo que creíamos verdadero, hasta que lleguemos a una certeza sobre la cual fundamentar las bases de un conocimiento cierto. La duda metódica es teorética, afecta a saberes como la Física, la matemática, la Filosofía. Es universal: se aplica a las enseñanzas recibidas, al testimonio de los sentidos y la dificultad de distinguir entre el sueño y la vigilia, y finalmente a las matemáticas.

1. Descartes aplica la duda a todas las enseñanzas que hemos recibido sustentadas por la tradición y el criterio de autoridad porque la tradición podía estar equivocada, y algo no es verdadero porque lo afirme Platón, Aristóteles o Tolomeo. Por ejemplo: Descartes desconfiaba de la teoría aristotélico-tolemaica que defendía el geocentrismo.

2. Por otra parte, duda del testimonio de los sentidos, pues en múltiples ocasiones nos inducen a error y las cosas no siempre son como parecen y, es más, no sabemos siquiera si en verdad existen las cosas que percibimos porque en sueños experimentamos cosas y acontecimientos de una manera tan real que parecen ciertos. Y si esto es así ¿podemos distinguir realmente la vigilia del sueño? Ante la imposibilidad de dar una respuesta clara a este respecto, Descartes duda también de los sentidos y hasta de la existencia del mundo mismo hasta que no quede suficientemente demostrada.

3. En tercer lugar, duda de las mismas matemáticas, porque, según Descartes, podríamos imaginar que existe un genio maligno que nos indujera a error cuando pensamos que 2+2=4. Realmente Descartes no cree en la realidad de esta hipótesis, es simplemente una hipótesis metodológica, una hipótesis ad hoc, pero es necesario plantearla para que la duda abarque todos los campos. Más tarde, cuando pruebe la existencia de Dios, Descartes la desechará.

Pero NO DUDARÁ NI DE LOS SABERES PRÁCTICOS: religión, política, costumbres a causa de su temor a represalias por parte de las autoridades políticas y religiosas.

En cuanto al MÉTODO, Descartes lo define como un conjunto de reglas ciertas y fáciles capaces de suministrar conocimientos ciertos. Distingue cuatro, a saber:

1. Evidencia: Se admite sólo como verdadero aquello que nos aparece de modo "claro y distinto". Clara es la idea que se me presenta intuitivamente como cierta. Distinta es la idea que se presenta sin estar mezclada con otras cosas, lo simple. El cogito es un ejemplo de la evidencia

2. Análisis: Si tenemos un problema complejo, la dividimos en tantas partes simples como sea posible. Admitiendo como verdaderas las ideas que sean evidentes.

3. Síntesis: A continuación, reconstruiremos el problema desde las ideas más simples, a las más complejas.

4. Enumeración y revisión: Se comprueba el análisis: todas las ideas simples que aparezcan, y se revisa la corrección de la síntesis. Por lo tanto, el método consiste en cuatro reglas para usar correctamente los dos modos de conocer de la razón: Intuición, mediante la que la razón llega a conocimientos ciertos de manera inmediata (Es el caso de “la duda es una forma de pensamiento”. Su objeto son las naturalezas u objetos simples. Y la Deducción, que la operación mediante la cual inferimos (deducimos) una cosa a partir de otra. Es el caso de “Por lo tanto, si pienso, existo”. Siguiendo estas cuatro reglas del método es imposible, según Descartes aceptar algo falso como cierto.

Una vez que ha aplicado la duda, emprende la labor de deducir las tres ideas innatas propias de la metafísica: Yo, Dios y mundo

a) “Yo” es la substancia pensante (Res Cogitans) cuyo atributo es el pensamiento

b) “Dios” es la substancia infinita (Res infinita, cuyo atributo es la infinitud

c) “Mundo” es la substancia extensa (Res extensa) cuyo atributo es la extensión

La primera idea innata es el yo, idea sin la cual ningún conocimiento sería posible, ya que todo conocimiento debe tener un sujeto. Por otra parte, los racionalistas tenían plena confianza en el poder de la razón, y no pensaban que estuviera limitada.

"Así, puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando. Descartes Cuarta parte de El Discurso del Método.

Ejercicio:

  • 1. Ponle un título
    2. Haz un resumen
    3. Estructura del texto: Di en cuantas partes podemos dividir el texto.
    4. Di cuál es la idea principal
    5. Enumera las ideas secundarias
    6. ¿En qué motivos se basa Descartes para dudar?
    7. ¿Es la duda de Descartes "escéptica"?
    8. ¿Sobre qué principio descansa la filosofía de Descartes?

 

4.5. EMPIRISMO: LOCKE, HUME Y BERKELEY

Entendemos por empirismo toda reflexión gnoseológica que defienda que el origen del conocimiento y sus límites vienen dados por la experiencia que nos suministran los sentidos. El fundador de dicha corriente es Locke (siglo XVII) y la obra en la que plasma sus ideas es el “Ensayo sobre el entendimiento humano”. Otros representantes del empirismo son Hume y Berkeley. Según los empiristas: nada hay en nuestro entendimiento que no haya pasado antes por nuestros sentidos. Eso significa que nuestros conceptos o ideas tienen su origen en impresiones. En definitiva, nuestros conocimientos tienen su origen en la experiencia y no pueden ir más allá de ella. Siguiendo el criterio empirista del significado establecido por Hume, las ideas de las que desconocemos de qué impresión provienen, carecen de significado. Por lo tanto, carecen de significado conceptos como el de Dios o alma, porque no podemos hallar la impresión a la que se refieren. El límite del conocimiento es, por lo tanto, la experiencia.

Todas las ideas vienen de la sensación o de la reflexión. Supongamos, pues, que la mente es, como decimos, un papel en blanco, desprovisto de cualquier signo, sin ninguna idea; ¿cómo llega a estar provista de ellas? ¿De dónde obtiene aquel vasto almacén que la activa e ¡limitada imaginación del hombre ha pintado en ella con una variedad casi infinita? ¿De dónde tiene todos los materiales de la razón y del conocimiento? A eso respondo con una palabra: de la experiencia. En ella se funda todo nuestro conocimiento, y de ella deriva en último término. Nuestra observación -ocupada bien en objetos sensibles externos, bien en operaciones internas de nuestra mente, percibidas y reflexionadas por nosotros mismos- es la que abastece nuestros entendimientos con todos los materiales del pensamiento. Estas dos son las fuentes del conocimiento, de donde dimanan todas las ideas que tenemos o que podemos tener naturalmente. (..) Digo que estas dos cosas --a saber, las cosas externas materiales, como objetos de la sensación, y las operaciones interiores de nuestras propias mentes, como objetos de la reflexión--, son para mí los únicos originales donde todas nuestras ideas hallan su comienzo. [...] Todas nuestras ideas pertenecen a una u otra de ellas. Me parece que el entendimiento no tiene ni el más mínimo indicio de ninguna idea que no reciba de una de estas dos. Los objetos externos suministran a la mente las ideas de las cualidades sensibles, que son todas aquellas percepciones diversas que ellos producen en nosotros; y la mente suministra al entendimiento las ideas de sus propias operaciones. Cuando hayamos hecho una revisión completa de ellas, hallaremos que éstas y sus respectivos modos, combinaciones y relaciones, contienen nuestro entero almacén de ideas y; que no tenemos nada en nuestras mentes que no haya venido por uno de estos dos caminos".Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano.

Ejercicio:

1. Pon un título
2. Haz un resumen
3. Estructura del texto
4. Di cuál es la idea principal
5. Enumera las ideas secundarias
6. ¿Cuál es el origen de nuestras ideas según Locke?
7. ¿Qué clases de ideas distingue Locke? 8. ¿Existen según Locke, ideas innatas?

 

4.6. APRIORISMO O IDEALISMO TRASCENTAL O CRITICISMO

Kant fue un filósofo prusiano del siglo XVIII, máximo representante del idealismo trascendental, o apriorismo, o criticismo, con su obra “Crítica de la Razón Pura” pretendió superar la gnoseología racionalista y empirista.

“Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece por la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones, y de lo que nuestra facultad de conocer produce (simplemente motivada por las impresiones) a partir de sí misma”. Kant: Crítica de la razón pura.

“Las intuiciones sin conceptos son ciegas los conceptos sin intuiciones son vacíos”

Kant sostiene que el origen y el límite del conocimiento es la experiencia, pero afirma que existen conocimientos a priori: las intuiciones puras de la sensibilidad: espacio y tiempo, y las doce categorías puras del entendimiento. En relación al proceso de conocimiento distingue una tercera facultad: la razón. Para que sea posible el conocimiento, es fundamental que las tres facultades del conocimiento intervengan en el proceso:

Todo conocimiento comienza por la experiencia o sensación: la materia del conocimiento la pone el objeto. Sin embargo, la organización del contenido de la sensación no la pone el objeto, sino el sujeto. Él le da forma aplicando las intuiciones puras (a priori) de la sensibilidad: espacio y tiempo, y las categorías del entendimiento (un total de 12)

La sensibilidad es la facultad que hace posible la experiencia sensible, es decir, nos permite captar un objeto a través de los sentidos. Pero sólo es posible captar algo si ya contamos, a priori, con las intuiciones puras de la sensibilidad, que son el espacio y el tiempo. Pero la facultad de la sensibilidad no es suficiente; no basta con captar algo a través de los sentidos, sino que es necesario “entender” lo que se capta. Es ahí cuando interviene la facultad del entendimiento.

El entendimiento es la facultad que nos permite organizar la información que nos suministra la sensibilidad y poder pensar o entender lo que captamos. Para ello son necesarias las 12 categorías puras, que son los elementos a priori del entendimiento.

La razón es la tercera de las facultades de conocimiento. Su función es elaborar razonamientos y obtener conocimientos cada vez más generales a partir de los conceptos suministrados por el entendimiento. En su uso lógico sintetiza conocimientos particulares hasta obtener conceptos cada vez más generales o universales. Ej.: Eva--> muchacha--> mujer-->ser humano--> ente--> ser. En su uso puro, la razón aplica las categorías más allá de la experiencia, intentando llegar a conceptos cada vez más abstractos. Este uso puro es, según Kant, inadmisible, ilícito y la razón salta los límites de la experiencia, aplicando, por ejemplo, las categorías de sustancia u causa a Dios. Afirmar que Dios es una substancia infinita o que es la causa de todo lo existente, es lanzarse al vacío, más allá de la experiencia. Por eso, Kant llama a las ideas de Dios, Alma y Mundo, ilusiones trascendentales (que aquí significa “trascendentes” por ir más allá) Kant deja claro que sólo podemos conocer fenómenos (fenómeno es “lo que es la cosa para mí”), y no podemos conocer noúmenos (noúmeno es “la cosa en si”, “lo que está debajo del fenómeno”) porque es intentar ir más allá de la experiencia, y ésta es el límite de todo conocer. Por lo tanto, el conocimiento llamado metafísico no es posible. Y la conclusión de la Crítica de la razón pura es bien clara: La metafísica es imposible como ciencia porque va más allá de la experiencia.

"No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. Pues ¿cómo podría ser despertada a actuar la facultad de conocer sino mediante objetos que afectan a nuestros sentidos y que ora producen por sí mismos representaciones, ora ponen en movimiento la capacidad del entendimiento para comparar estas representaciones, para enlazarlas o separarlas y para elaborar de este modo la materia bruta de las impresiones sensibles con vistas a un conocimiento de los objetos denominado experiencia? Por consiguiente, en el orden temporal, ningún conocimiento precede a la experiencia, y todo conocimiento comienza por ella. Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece por la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones, y de lo que nuestra facultad de conocer produce (simplemente motivada por las impresiones) a partir de sí misma. [...] [...] Pensar un objeto y conocer un objeto no son exactamente la misma cosa. En efecto, el conocimiento supone dos elementos. Primero, el concepto por el cual es pensado un objeto en general (la categoría); segundo, la intuición por medio de la cual dicho objeto es dado Kant: Crítica de la razón pura.

Ejercicio:

1. Ponle un título
2. Haz un resumen
3. Di cuál es la estructura del texto
4. Di cuál es la idea principal.
5. Enumera las ideas secundarias.
6. ¿Cuál es el origen de nuestro conocimiento según Kant?
7. ¿Cuál es la "materia bruta" del conocimiento?
8. ¿Es suficiente dicha materia para poder conocer?
9. ¿Qué entiende Kant por "categoría"?
10. ¿Deduce qué es lo "a priori" o lo "innato" en nuestro conocer?
11. ¿En qué se parece Kant a los empiristas?
12. ¿En qué se parece Kant a los racionalistas?

 

4.7. ESCEPTICISMO

La posición escéptica es casi tan antigua como la propia filosofía y es una corriente transversal que aparece a lo largo de toda su historia: desde los sofistas, pasando por Hume o Nietzsche, hasta nuestros días.

Filósofos propiamente escépticos son, entre otros, Pirrón de Elis, fundador de la primera escuela o corriente escéptica en los siglos IV-III a.C; Enesidemo (s. I a.C.) y otros. Ya en el Renacimiento destacamos a Nicolás de Cusa, Erasmo, Montaigne, Charron, y al español Francisco Sánchez, para quien el valor de verdad de nuestro conocimiento es meramente probable, porque sólo conocemos apariencias. Se hace necesario como método dudar de todo. Con total seguridad, Descartes se inspira en Francisco Sánchez. Leamos unos fragmentos de la obra de nuestro compatriota: titulada Quod Nihil Scitur --> “Que nada se sabe”:

Es innato al hombre querer saber; a pocos les fue concedido saber querer; a menos, saber. Y a mí no me cupo suerte distinta a la de los demás [...] En consecuencia, retorné a mí mismo, y poniendo todo en duda, como si nadie hubiera dicho nada jamás, comencé a examinar las cosas mismas, que es el verdadero modo de saber [...] Analizaba hasta alcanzar los principios últimos. Haciendo de ello el inicio de la contemplación, cuanto más pienso más dudo; nada puedo abarcar perfectamente...Francisco Sánchez: Quod nihil scitur

Sobre la verdad dice en la nota introductoria al lector, en la misma obra:

No es que yo prometa ofrecerte la verdad, pues la ignoro lo mismo que todas las demás cosas. Investigarla en cuanto me sea posible es lo único que te prometo, para que tú la persigas en terreno abierto, ya fuera de las cavernas donde suele estar encerrada. Y tampoco esperes tú alcanzarla jamás, o poseerla. Confórmate, como hago yo, con correr tras ella. Ese es mi fin, y mi propósito. También debe ser el tuyo”

En todos los filósofos que hemos mencionado, encontramos algún grado de escepticismo, y aunque no se encuadren exactísimamente en esta corriente, mantienen una posición cautelosa y nada entusiasta (“skeptomai” = mirar cuidadosamente) respecto al poder de la razón y de la sensibilidad como fuentes de conocimiento cierto. Por lo general se les considera irracionalistas en algún respecto o grado.

Después de lo dicho, vemos como en la filosofía se reconocen los límites del conocimiento, ahora bien, mientras que los idealistas-racionalistas encuentran la principal limitación en las posibles experiencias erróneas que nos suministran los sentidos; los realistas-empiristas y el apriorismo kantiano, partiendo del reconocimiento de la finitud y limitación humanas, consideran que todo conocimiento que pretenda ir más allá de nuestra experiencia es meramente especulativo e incierto. Estos son límites absolutos del sujeto. No se trata de una limitación meramente fáctica (de hecho), sino de límites absolutos o teóricos, a los que también pertenecen los denominados límites de cognoscibilidad (los objetos que se pretenden conocer están por encima o por debajo de nuestras posibilidades humanas. Por ejemplo: lo divino, la vida tras la muerte, lo futuro...)

Se reconocen igualmente límites cuantitativos (respecto a lo infinitamente grande o lo infinitamente pequeño) y límites cualitativos, referidos al grado de perfección de nuestros conocimientos.

 

5. APARIENCIA Y REALIDAD


Ante la pregunta ¿Son las cosas tal y cómo las conocemos? caben tres respuestas:

  • a) Las cosas son tal y como me aparecen.
  • b) Las cosas no son como me aparecen.
  • c) Las cosas no son nada, sólo existe la apariencia.

5.1 ACTITUD NATURAL

De modo espontáneo todos creemos que existe el mundo en el que vivimos y que conocemos las cosas tal y como son, sin embargo, se trata de una actitud de conocimiento pre-reflexiva, ya que a poco que investiguemos sobre las cosas nos damos cuenta de que quizás no son lo que parecen. Por ejemplo, el sentido común nos induciría a pensar que la Tierra es plana y no se mueve, porque de lo contrario nuestros antípodas, por ejemplo (los de Nueva Zelanda), no se sostendrían sobre el lado opuesto de la Tierra y caerían al espacio. Y si la Tierra se moviera las cosas también se moverían, y hay cosas quietas, luego la Tierra no se mueve. Todo lo anteriormente dicho es fiel a nuestra experiencia personal viviendo en este planeta, sin embargo, los científicos nos han demostrado que esas creencias son falsas (al menos hasta hoy, no sabemos qué sucederá mañana)

5.2. REALISMO:

a) Realismo directo: conocemos directamente las cosas mismas. De tal opinión son por ejemplo Aristóteles, los filósofos medievales y la fenomenología de Husserl.

b) Realismo indirecto: directamente sólo conocemos nuestras representaciones. (Descartes, Locke). Este tipo de realismo tiene un problema: si sólo conocemos nuestras representaciones ¿Quién me garantiza que se correspondan con algo? ¿No pueden ser fruto de mi imaginación? La respuesta de Descartes a esta cuestión fue la de demostrar la existencia de Dios, hecho esto, determinó que las representaciones estaban relacionadas con las cosas, ya que Dios en su suma bondad no podía permitir que el hombre se representara cosas equivocadamente.

c) Realismo crítico: nuestro conocimiento de la realidad no es una copia exacta de lo que son las cosas en sí mismas. Al conocer debemos distinguir entre cualidades primarias y cualidades secundarias. Las primeras son las propias del objeto y se reducen a extensión, forma y movimiento. Las secundarias no pertenecen al objeto en sí mismo, sino que son representaciones del sujeto: color, sabor, olor...son cualidades secundarias. Aclarado esto, el realismo crítico niega que las cualidades secundarias sean propiedades de las cosas. Aunque Kant llegó más lejos en su criticismo: sostuvo que las llamadas cualidades primarias tampoco eran cualidades de las cosas en sí mismas, sino que eran las formas a priori del conocimiento y que como tales también eran subjetivas por estar puestas por el mismo sujeto.

 

5.3. ANTIRREALISMO

Según Berkeley lo real es lo percibido, la idea. Las cosas no son materiales, sino espirituales. Trataba de solucionar el problema del dualismo materia/espíritu planteado por el racionalismo cartesiano, el cual impedía ver la relación entre lo material y lo espiritual (extensión-pensamiento) y el hecho de cómo algo material podía dar lugar a ideas, que como tales eran espirituales. Eliminando a uno de los dos, se eliminaba el problema, al menos en su forma lógica. ¿Pero, existen las cosas cuando no las percibimos? Berkeley responde que sí siguen existiendo, pero en la mente divina.

Como preguntaría Raúl Calvo Iglesias: Cuando se cae un árbol en el bosque y no hay nadie ¿Suena?

Así pues, las diversas soluciones que se han dado al problema del conocimiento están directamente relacionadas con nuestra concepción de la realidad misma: la concepción ontológica (ontología: parte de la filosofía que se interroga por cómo son los seres o entes, la realidad en su conjunto) determina la gnoseológica.

 

6. SOBRE LA VERDAD

El tema de la verdad es muy complejo y farragoso. Simplifiquemos.

Aplicamos el adjetivo “verdadero” a los hechos; a las cosas; a las creencias y las proposiciones. Sin embargo, la verdad se refiere al juicio, a la proposición, al razonamiento o la argumentación. Las cosas no son en sí mismas ni verdaderas, ni falsas.

 

6.1. VERDAD MATERIAL Y VERDAD FORMAL

FORMAL: Cuando nos referirnos a una proposición: “veo venir a Teo y a Tina” es verdadera, siempre que vengan los dos. Si viene sólo Teo, es falsa, si viene sólo Tina es falsa, si no vienen ninguno de los dos es igualmente falsa. Lo importante en el concepto formal de verdad es la coherencia.

MATERIAL: Para referirnos a una “realidad”: algo es verdadero si no es ilusorio o aparente. Ej.: “Hoy está lloviendo en Plasencia” será verdadera si lo que decimos se corresponde con los hechos. Lo importante en este caso es la correspondencia, conformidad o adecuación.

 

6.2. VERDADES DE RAZÓN Y VERDADES DE HECHO

Esta distinción ha sido muy recurrente entre los filósofos modernos. Leibniz, Hume y Kant las denominaron de forma distinta, pero básicamente coincidieron en su definición:

 

6.3. CRITERIOS DE VERDAD

Criterio de autoridad: Consiste en aceptar como verdadero algo porque lo sostiene alguien a quien se concede crédito por su conocimiento en el tema concreto del que tratamos.

Criterio de evidencia: Es evidente lo que se nos presenta como indiscutible. Ejemplo paradigmático es Descartes: “Pienso, luego existo”.

Verdad como consenso: Se considera que la verdad es una construcción social a la que podemos llegar mediante el diálogo.  Su máximo representante es Habermas. Y la comunidad científica funciona según esta fórmula.

Verdad como correspondencia: Una proposición es verdadera si existe una correspondencia entre lo que se afirma y los hechos a los que se refiere. Aristóteles en su Metafísica, “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, eso es falso; decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, eso es verdadero.”

Verdad como coherencia: Se centra en el aspecto formal de la verdad. Una proposición es verdadera si no es contradictoria, o si se deriva de principios ciertos mediante un razonamiento correcto (formalmente válido)

Pragmatismo: Lo verdadero es lo útil o práctico. Ya los sofistas mantuvieron esta posición. Contemporáneamente sostenida por William James.

Perspectivismo: Defiende que “No hay hechos, sino interpretaciones”. Nietzsche.

 

CUESTIONES SOBRE EL CONOCIMIENTO.

Lee el siguiente artículo. Haz un resumen. Expón tus reflexiones y conclusiones al respecto.

No todo lo que percibimos es real

Un nuevo estudio comprueba que los deseos influyen en la percepción extraído de : Nuestros deseos, esperanzas, miedos o ilusiones, juegan una influencia tan importante en nuestras vidas que en ocasiones distorsionan la realidad que perciben nuestros sentidos. Lo ha verificado un nuevo estudio de la Universidad de Cornell, según el cual muchas veces vemos lo que queremos ver y no lo que realmente es. De manera inconsciente, interpretamos nuestras percepciones en función de lo que más nos interesa, obteniendo una imagen del mundo que se corresponde con nuestros anhelos o creencias. Antes de que veamos el mundo, por tanto, nuestro cerebro lo ha interpretado de manera que encaje con lo que queremos ver, al tiempo que trata de eliminar aquello que no nos interesa. Por Yaiza Martínez.

Lo que deseamos, esperamos, tememos o nos ilusiona puede influir en la manera en que percibimos estímulos visuales ambiguos, señala un nuevo estudio realizado por el psicólogo David Dunning, de la Cornell University, de Estados Unidos.

Una serie de experimentos destinados a saber si aquello que deseamos puede hacer que veamos unas cosas u otras demostraron que nuestro cerebro nos “engaña” en las percepciones visuales en cierta medida. En la vida cotidiana, es evidente que muchas veces vemos lo que no es. Ahora, además, hay una comprobación empírica de que este hecho es cierto.

Dunning y su colaboradora, Emily Balcetis, pidieron a un grupo de voluntarios que, en un juego de ordenador, eligieran una letra o un número para determinar si beberían un zumo fresco de naranja o un batido vegetal de mal sabor.

Según explica la Cornell University en un comunicado, se realizaron cinco estudios con imágenes ambiguas. Los resultados se hallaron gracias a mediciones discretas e implícitas de la percepción (como rastreo del movimiento ocular o tareas de decisión léxica) y por procedimientos experimentales, demostrando que los participantes eran únicamente conscientes de una única interpretación (normalmente favorecedora para ellos).

En uno de los experimentos, por ejemplo, el ordenador emitió una imagen que podía ser interpretada como la letra B o el número 13. Los resultados mostraron que aquellos voluntarios que habían elegido que la letra se relacionase con el zumo de naranja vieron más a menudo la B. Por el contrario, aquellos que habían elegido que fuera el número lo que les reportara el zumo, vieron más a menudo el 13.

Cámara oculta

Los investigadores utilizaron asimismo una cámara oculta para registrar los movimientos de los ojos de los participantes, sobre todo el primer movimiento, denominado “sacádico”: se trata de un movimiento rápido del ojo que indica que no observamos ninguna escena de manera constante. La miramos moviendo los ojos, estableciendo así las partes que nos parecen más llamativas, al tiempo que realizamos un mapa metal inteligente de ella.

Asimismo, el saccade permite que el ojo detecte también las partes más pequeñas de una escena con mayor resolución. Es, en definitiva, un recurso que ha desarrollado la naturaleza para darle más eficacia a la vista.

Este movimiento de los ojos no es controlable ni voluntario, ni siquiera sabemos que lo hacemos, pero resulta una indicación muy fiable de lo que una persona está viendo en un preciso momento.

Interpretación sesgada

Utilizando todos estos elementos, los investigadores constataron que interpretamos la información sensorial en función de aquello que más nos interesa, tal como explican en el artículo que publicará la revista Journal of Personality and Social Psychology.

Este proceso de la percepción alterada es inconsciente. Los análisis sugieren que en dicho proceso interviene la estimulación, que afecta a la información que los estímulos trasladan a nuestro ser consciente.

Antes de que veamos el mundo, por tanto, nuestro cerebro lo ha interpretado de manera que encaje con lo que queremos ver, al tiempo que trata de eliminar aquello que no nos interesa.

Así, nuestros miedos y anhelos pueden influir en si nos vemos gordos o flacos o que veamos en un simple lunar una mancha o una enfermedad de la piel. Por eso, recomienda siempre contrastar ciertas percepciones con las de otras personas, en situaciones en las que estemos especialmente condicionados.

Dunning señala que estamos más predispuestos a ver aquello que nos gusta, en lugar de lo que nos desagrada o nos asusta y que, ante una imagen ambigua, tendemos a interpretarla en nuestro propio beneficio.

Según Dunning, aún falta por determinar en qué estadio del proceso de percepción se situaría la influencia de nuestros deseos. El estudio sugiere que el cerebro hace una labor ingente entre el ojo y la apreciación consciente para determinar nuestras conclusiones, incluso antes de que éstas tengan lugar. ¿Pero en qué punto intervienen nuestros deseos? Esta cuestión sigue sin respuesta.

Tipos de percepción

El estudio científico de la percepción se remonta al siglo XIX, cuando diversos investigadores crearon los primeros modelos que relacionaban la magnitud de un estímulo físico con la magnitud de un hecho percibido. Hoy día, el tema no es estudiado sólo desde la psicología, sino que ocupa a varios campos, como la neurociencia, la optometría, la fisiología e incluso la informática.

Aunque solemos creer que nuestros sentidos nos aportan una fiel información del mundo exterior, Dunning señala que décadas de investigación psicológica han determinado que lo que la gente ve y oye no es precisamente una reproducción exacta de lo que nos rodea.

Según él, en primer lugar, la percepción es selectiva: no somos conscientes de “todo” lo que sucede a nuestro alrededor. Un estudio acerca de la llamada “ceguera atencional" –condición que nos impide ver lo evidente porque nuestra atención está centrada en otra cosa- demostró que el 40% de un grupo de voluntarios a los que se les mostró una breve película de un partido de baloncesto fue incapaz de ver a una mujer disfrazada de gorila que se colocaba entre los jugadores, miraba a la cámara, se golpeaba el pecho y después salía, simplemente porque no le prestaron atención.

En segundo lugar, señala Dunning, la percepción es influenciable: varios estudios han demostrado que las distancias no suelen ser tan cortas como nos parecen al mirarlas de lejos, grandes objetos no son tan altos como parecen, y la piedra que se nos puede meter en el zapato siempre es mucho más pequeña de lo que pensamos mientras nos molesta al andar.

Además, la percepción es flexible porque responde a las influencias que proceden de los estados de percepción cognitiva y psicológica, o también del entorno.

Gran parte de nuestras percepciones nos llegan a través de órganos sensitivos y sistemas preceptúales que trabajan automáticamente para formar una representación de un estímulo que el que percibe acepta pasivamente.

El sistema de la percepción reúne las pequeñas y finas partes de la información que recopilan los sentidos para crear una imagen coherente. Sin embargo, no es así de sencillo porque, aunque la percepción es imprescindible, es demasiado fácil que resulte engañosa.

Domingo 24 Septiembre 2006 http://www.tendencias21.net/No-todo-lo-que-percibimos-es-real_a1139.html B.

 

Contesta a las cuestiones siguientes:

  • 1. Define los siguientes términos: conocer, saber, pensar, inmanente, trascendente, gnoseología, ontología, fenómeno
  • 2. ¿Qué elementos intervienen en el conocimiento? Explica la función de cada uno de ellos.
  • 3. ¿Qué es abstraer? ¿Se puede pensar sin abstracciones?
  • 4. ¿Qué papel cumple la intuición en el conocimiento? ¿Y el concepto?
  • 5. ¿Cómo se forman los conceptos?
  • 6. ¿Cómo se conoce lo universal? ¿Y lo singular?
  • 7. ¿Qué son las categorías? ¿Qué función realizan?
  • 8. Según el realismo ¿Cuál es el origen de nuestras ideas?
  • 9. Según el empirismo ¿Cuál es el origen del conocimiento? ¿Y su límite?
  • 10. ¿Existen conocimientos a priori? ¿Cuáles?
  • 11. ¿Qué son las ideas innatas?
  • 12. ¿Por qué es el yo la primera idea innata según Descartes?
  • 13. ¿Qué función tiene Dios dentro del sistema cartesiano?
  • 14. Según Kant ¿Por qué no es posible el conocimiento metafísico?
  • 15. Señala algunos límites del conocimiento
  • 16. ¿Qué posición mantiene el escepticismo?
  • 17. ¿Qué sostienen las siguientes posiciones gnoseológicas: realismo directo, indirecto, ingenuo, crítico y el antirrealismo?
  • 18. ¿Qué y cuáles son las cualidades primarias? ¿Y las secundarias?
  • 19. ¿Qué problema pretende resolver Berkeley con su antirrealismo?
  • 20. ¿Es posible pensar en algo sin conocerlo?
  • 21. ¿Es posible conocer lo que no podemos percibir?