FILOSOFÍA
ANTIGUA
Se considera por lo general que la filosofía, tal como la consideramos en occidente, surge en una colonia de Grecia llamada Jonia, más concretamente en la ciudad de Mileto, en el último tercio del siglo VII a C o siglo VI a.C..
La sociedad griega anterior al surgimiento de la filosofía se caracterizaba por ser aristocrática, guerrera y agrícola. El saber se transmitía fundamentalmente de un modo oral, y gran parte de lo que los griegos consideraban como digno de ser sabido lo podían encontrar en las obras de Homero y Hesíodo, en donde aprendían un tipo de moral guerrera y de conquista; tácticas militares; el modo de proceder de los dioses; nociones de geografía, navegación, etc...
La filosofía nace como reflexión cosmológica. Los presocráticos distinguieron entre opinión = dóxa y verdadero saber = episteme. Consideraban que la investigación debía ir más allá de las apariencias. Se preguntaron por el principio o arjé de la physis del que surgieron todos los seres y la esencia común a todos ellos, e intentaron comprender las leyes que rigen el cosmos. Lo novedoso no estuvo en las respuestas que dieron a estas cuestiones, que fueron muchas y variadas, sino en que lo hicieron desde la razón en lugar del mito. Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Parménides, Heráclito… son presocráticos.
Sin embargo, a partir del s. VII a C. la necesidad de conquistar otros territorios, como es el caso de Jonia, hace que el horizonte cultural griego se abra a otras culturas, a nuevos tipos de conocimientos técnicos y geográficos. Poco a poco, gracias al invento lidio de la moneda, la práctica guerrera va dejando paso a la comercial, y al mismo tiempo que se intercambian bienes materiales, se intercambian ideas, de tal modo que el saber tradicional va siendo refutado y criticado por considerarse inadecuado frente al nuevo tipo de realidad con la que los griegos han de enfrentarse.
A mediados del siglo V a.C. la actividad filosófica se desplaza desde las colonias a Atenas y el interés cosmológico da paso al giro antropológico: el interés especulativo se centra en el ser humano como sujeto moral, político y cultural. Interesan cuestiones relativas a la naturaleza del bien, la justicia y la felicidad. Los principales representantes de este giro son los Sofistas y Sócrates.
A finales del siglo V, y en el IV a.C. la filosofía griega llega a su madurez con Platón y Aristóteles, quienes nos ofrecen dos interpretaciones completas de la realidad y del conocimiento que podemos tener de ella. Maestro y discípulo difieren en sus concepciones filosóficas. Comúnmente Platón es considerado idealista por entender que las ideas son la verdadera realidad y sólo de ellas hay verdadero conocimiento; Aristóteles es considerado realista porque se centra en el mundo de los seres naturales sometidos a devenir y cambio.
A partir del siglo IV a.C. las nuevas corrientes conciben la filosofía como un saber práctico que encaminado a la búsqueda de la felicidad. El estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo tienen en común esta finalidad moral.