1. INTELIGENCIA Y PENSAMIENTO.
1.2. EL LENGUAJE Y PENSAMIENTO..
1.3. DISTORSIONES COGNITIVAS Y PENSAMIENTOS IRRACIONALES.
2. TEORÍAS CLÁSICAS SOBRE LA INTELIGENCIA
2.1. TEORÍAS FACTORIALES Y MULTIFACTORIALES.
2.2. LA EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA: CONSTRUCTIVISMO DE PIAGET
3. TEORÍAS ACTUALES DE LA INTELIGENCIA
3.1. TEORÍA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
3.2. TEORÍA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
4. MEDICIÓN DE LA INTELIGENCIA ÚNICA
5. INTELIGENCIA ARTIFICIAL
6. EL PENSAMIENTO CREATIVO
7. PSICOLOGÍA DEL ARTE
8. LA CONSCIENCIA HUMANA.
8.1. LOS NIVELES DE CONCIENCIA
8.2. ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA
8.3 EL SUEÑO
8.3.1. FASES DEL SUEÑO
8.3.2. TRASTORNOS DEL SUEÑO
ENLACES PARA INTELIGENCIA
1. INTELIGENCIA Y PENSAMIENTO.
El término pensamiento se emplea para referirse a distintas funciones mentales tales como la elaboración de conceptos, la resolución de problemas, el razonamiento o la toma de decisiones. Resulta evidente la estrecha vinculación e interrelación que existe entre inteligencia y pensamiento, pero siguiendo a Piaget, hemos de distinguir entre inteligencia y pensamiento.
La inteligencia es la capacidad para resolver un problema nuevo para el sujeto; el pensamiento es la inteligencia interiorizada que trabaja sobre símbolos o representaciones.
Los atributos más importantes del pensamiento son los conceptos cuya expresión lingüística, son los términos. Un concepto es una representación mental o idea general, que se forma por abstracción, bajo la cual quedan subsumidas varias ideas individuales que guardan una relación de semejanza entre sí.
El proceso intelectual más característico del pensamiento es el razonamiento, proceso mediante el cual podemos extraer conclusiones a partir de informaciones previas o aplicando ciertas reglas. Los métodos más habituales de razonamiento lógico son dos: deducción y la inducción.
La inteligencia y el pensamiento se aplican a la resolución de problemas. Podemos poner en práctica varias estrategias:
- Ensayo y error: probar soluciones, más o menos al azar, hasta dar con la solución correcta.
- Análisis formal:
- Identificar el problema y hacer las preguntas correctas.
- Analizar el problema y sus causas.
- Identificar y evaluar las consecuencias de las posibles soluciones.
- Seleccionar y planificar la solución.
- Implementar la solución.
- Evaluar si el problema fue resuelto.
1.2. LENGUAJE Y PENSAMIENTO.
Aunque la inteligencia infantil temprana va unida, sobre todo, a imágenes y manipulaciones de objetos, a partir de cierto momento la inteligencia es inseparable del lenguaje. El desarrollo de la inteligencia lleva aparejado el desarrollo lingüístico y viceversa. El lenguaje es fundamental, porque es el vertebrador de la cognición y la conducta. Aun así, los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre si el lenguaje es anterior, posterior o simultaneo respecto al pensamiento:
EL PENSAMIENTO ES ANTERIOR AL LENGUAJE
Según Piaget y Chomsky. El lenguaje está determinado por la forma en que pensamos.
Según Piaget, el lenguaje es una consecuencia del desarrollo de la inteligencia, que es la capacidad de los organismos de adaptarse al ambiente. El desarrollo de la inteligencia empieza en el nacimiento antes de que el niño comience a hablar. Pasa por varias etapas como ya hemos visto. Los cambios a los que se ve sometido el pensamiento del niño en su desarrollo, son anteriores a los cambios que se producen en el lenguaje.
Noam Chomsky defiende que los aspectos comunes a todas las lenguas humanas, los lingüísticos universales, reflejan la estructura de una aptitud innata para el lenguaje. Al comienzo, el lenguaje es egocéntrico, y el niño habla consigo mismo; sólo luego el sujeto comienza a socializarse y a hablar con los demás.
En resumen, las propiedades del lenguaje dependen de las propiedades del pensamiento. El lenguaje expresa las ideas que nosotros nos representamos mentalmente, y depende de esa estructura conceptual
EL LENGUAJE ES ANTERIOR AL PENSAMIENTO
Los lingüistas E. Spapir y B. Whorf sostienen que el lenguaje determina cómo pensamos y sobre qué cosas podemos pensar. Los seres humanos no vivimos en un mundo natural y social objetivo, sino que la lengua que hablamos condiciona nuestra manera de contemplar el mundo.
La hipótesis del relativismo lingüístico de Sapir-Whorf afirma que los hábitos lingüísticos de diferentes comunidades no se limitan a ordenar de modo distinto el mismo mundo, sino que viven en mundos diversos. Cada cultura tiene su propia visión del mundo porque la lengua de esa cultura fuerza a los hablantes a pensar de una determinada manera.
Hay dos versiones de la hipótesis de Sapir-Whorf: el determinismo lingüístico asegura que el lenguaje determina el pensamiento; y el relativismo lingüístico establece que el lenguaje influye en el pensamiento.
INTERDEPENDENCIA DEL LENGUAJE Y EL PENSAMIENTO
Vygotsky, cree que el lenguaje se desarrolla desde el comienzo como un medio de comunicación entre el niño y los demás, y luego se convierte en una función interna, empezando a hablar consigo mismo y a desarrollar el pensamiento. Los procesos cognitivos y los procesos lingüísticos surgen como procesos independientes. Distingue tres estadios en el desarrollo cognitivo del niño:
1º (0-2 años) Los niños construyen esquemas cognitivos como consecuencia de su relación con el ambiente. Pensamiento rudimentario y no requiere del lenguaje.
2º (2-6 años) Se produce la conexión entre pensamiento y habla. A medida que avanza esta etapa, el lenguaje adquiere una función representativa y personal, que desarrolla el pensamiento y dirige las acciones.
3º (a partir de 7 años). El lenguaje termina convirtiéndose en el habla interna característica de nuestros procesos de pensamiento.
El modo en que los niños aprenden a hablar es un tema controvertido. En efecto, los conductistas, como Skinner, sostienen que el niño aprende el lenguaje por condicionamiento E-R: los sonidos que emite se van viendo reforzados o castigados por quienes les rodean, hasta que, finalmente, el niño posee un repertorio de palabras que ha aprendido. También interviene, según Skinner, la imitación de sonidos y gestos de los adultos.
En cambio, el lingüista Noam Chomsky, postula que las reglas gramaticales no son aprendidas por los niños, sino que son innatas, y constituyen lo que llama la “competencia lingüística”, una gramática universal, común a todas las lenguas del mundo, que luego se concreta en el contexto cultural. El niño tiene que aprender a hablar, pero interpreta las palabras que va oyendo en un marco gramatical que le es innato. Así se explica la rapidez de su aprendizaje del lenguaje y su temprana capacidad para formar frases articuladas.
Aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo en una definición única de inteligencia ni de pensamiento, tradicionalmente se ha considerado que la inteligencia es una capacidad que permite al individuo adaptarse al entorno resolviendo problemas con eficacia. Animales y seres humanos compartirían esta capacidad. El pensamiento aparecería en los seres humanos más adelante, en estrecha relación con el nacimiento del lenguaje. Hay quienes prefieren no distinguir entre inteligencia y pensamiento y se decantan por el término genérico “cognición”.
Podemos decir que el concepto de inteligencia engloba un conjunto de aptitudes (aprendizaje, memoria, almacenamiento de información, percepción selectiva, lenguaje, razonamiento, habilidades sociales, etc.) que permiten al ser humano adaptarse al mundo que le rodea y solucionar sus problemas con eficacia. Además, no debemos referirnos a la inteligencia como algo unitario, sino que hemos de postular diversos tipos de inteligencias o diversas funciones especializadas en diversos campos.
1.3. DISTORSIONES COGNITIVAS Y PENSAMIENTOS IRRACIONALES.
Creemos que somos objetivos, pero las distorsiones cognitivas surgen de creencias que hemos aprendidos paulatinamente desde la infancia y no son fáciles de detectar. Sabiendo reconocer las distorsiones cognitivas, podremos proteger nuestro bienestar mental y ser más objetivos. Estas son las más comunes:
- Las exigencias y el perfeccionismo: creencias mantenidas en forma rígida e inflexible acerca de cómo debería ser uno y los demás.
- Anticipación de catástrofe: la persona espera el desastre; a partir de un pequeño signo se esperan consecuencias catastróficas. Estos pensamientos suelen empezar con: “¿Y si…?”.
- Generalización (absolutos): se extrae una conclusión general de un simple incidente. Si ocurre algo malo en alguna ocasión, se esperará que ocurra una y otra vez. Se detecta a partir de palabras como todo, nada, siempre, nunca, nadie, etc.
- Negativismo y culpabilidad: se agrandan las cosas negativas y no se perciben o se desvalorizan las positivas en uno mismo o en los demás. La persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento, o toma el punto de vista opuesto y se culpa a sí misma de todos los problemas.
- Pensamiento polarizado: en este tipo de distorsión, todo es blanco o negro, bueno o malo, no hay términos medios. Si este tipo de pensamiento lo aplicamos sobre nosotros mismos, seremos fracasados o estúpidos cuando no seamos perfectos.
- El razonamiento emocional: las cosas son tal y como nos hacen sentir.
- Sesgo confirmatorio (Debería): se perciben y se recuerdan las cosas sesgadamente para que encajen con las ideas preconcebidas. La persona posee una lista de normas rígidas sobre cómo deberían actuar tanto ella como los demás. Las personas que no siguen esas normas le molestan y también se siente culpable si se las salta ella misma.
- Interpretación del pensamiento: sin mediar palabra, la persona sabe qué sienten los demás y por qué se comportan de la forma en que lo hacen. Se refiere a la tendencia a interpretar sin base alguna los sentimientos e intenciones de los demás.
- Personalización de la culpabilidad: la persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento, o toma el punto de vista opuesto y se culpa a sí misma de todos los problemas.
- Filtraje o atención selectiva: se escoge algo negativo de uno, de los demás o de las circunstancias y se excluye el resto. Se caracteriza por una especie de visión de túnel donde sólo se ve un elemento de la situación y se omite el resto de elementos. Se filtra lo negativo, lo positivo se olvida.
- La negación: negar nuestros problemas, debilidades o errores.
- Las etiquetas globales: se extrae uno o dos rasgos de la personalidad y se etiqueta a otra persona o a uno mismo.
2. TEORÍAS CLÁSICAS SOBRE LA INTELIGENCIA
2.1. TEORÍAS FACTORIALES Y MULTIFACTORIALES.
SPEARMAN (1863-1945) propuso una teoría bifactorial de la inteligencia. Postuló la existencia de:
- un “factor G”, o inteligencia general, que consiste en la capacidad para establecer relaciones entre conocimientos abstractos, y
- “factores S”, que tienen que ver con las capacidades de un sujeto en diversas áreas, o inteligencias específicas.
LOUIS THURSTONE (1887-1955) criticó la teoría unitaria de la inteligencia de Spearman, y sostuvo que la inteligencia está formada por ocho habilidades mentales primarias:
La propuesta de GUILFORD (1.967) es la más complicada pues presenta la inteligencia según un modelo con tres dimensiones principales (contenidos, productos y operaciones) y otras secundarias, formando un cubo que da como resultado 120 capacidades intelectuales distintas.
Criticó las pruebas de inteligencia porque no tienen en cuenta más que una respuesta acertada, cosa que fomenta el conformismo y desdeña la creatividad y la originalidad, propio del pensamiento divergente, gracias al cual podemos establecer nuevas relaciones entre elementos, plantear nuevas ideas en contextos cerrados, propios del pensamiento convergente, en los que se considera que ya está dicho todo sobre la cuestión que se trata, ciñéndose a leyes y estructuras férreas.
En 1.986 STERNBERG propone un modelo cognitivo según el cual hay tres tipos de inteligencia:
- Componencial: encargada de establecer relaciones con el mundo interno del sujeto. Estarían aquí los mecanismos mentales del aprendizaje y de la conducta inteligente.
- Experiencial: referidas a las experiencias vitales del sujeto. Contribuyen a enfrentarse satisfactoriamente a las nuevas situaciones.
- Práctica o social: tiene que ver con los procesos de socialización del sujeto y su adaptación al medio social en que se desenvuelve.
2.2. LA EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA: CONSTRUCTIVISMO DE PIAGET
El psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980) desarrolló una teoría constructivista de la inteligencia.
Según Piaget, la inteligencia es producto de un proceso de adaptación al ambiente, y no está dada desde el nacimiento del individuo, sino que se va desarrollando y construyendo a lo largo de su vida.
La adaptación no es un proceso pasivo, sino activo, es decir, el individuo al adaptarse, se está modificando, pero, a su vez, modifica el medio. En un proceso adaptativo pueden señalarse dos aspectos interrelacionados: la asimilación, que se produce cuando un organismo incorpora algo de su medio; y la acomodación, que supone una modificación del organismo por efecto de la influencia del medio.
El desarrollo de la inteligencia, según Piaget, necesita tiempo. La maduración es otro concepto de suma importancia dentro de su teoría. Con él se refiere a un plan genético que va desplegándose gradualmente. Junto a la propia maduración habría que señalar como factores que inciden en el desarrollo tanto el medio social en el que se desenvuelve el individuo como su medio afectivo.
Para cubrir enteramente este desarrollo han de ir superándose una serie de etapas escalonadas:
1ª) Etapa de la inteligencia sensorio-motriz (0-2 años):
Se trata de una inteligencia manipulativa, que se basa en percepciones y en la manipulación de objetos, atendiendo a la relación medios-fines. Manos y boca son los “instrumentos” del pensamiento del bebé.
2ª) Inteligencia preoperativa (2 a 6/7 años): El niño es capaz de utilizar el lenguaje y el pensamiento se hace visual (mediante dibujos, imágenes).
Es la etapa animista, regida por la imaginación (el niño piensa que las cosas están vivas) y egocéntrica (el niño solo entiende su propio punto de vista).
3ª) Operaciones concretas (7-11 años): El niño comienza a comprender las relaciones entre objetos, pero mediante operaciones relativamente simples, en las que predominan los colores y las formas para asociar los objetos.
4ª) Operaciones formales (12-16 años): Los adolescentes comienzan a desprenderse de los objetos concretos y van estableciendo relaciones cada vez más abstractas. Aparece el pensamiento hipotético y se amplía el campo de reflexión, mediante la comprensión de teorías con variables y esquemas formales abstractos, que conducen al pensamiento deductivo.
3. TEORÍAS ACTUALES DE LA INTELIGENCIA
3.1. TEORÍA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
Según Howard Gardner, todos los seres humanos somos capaces de conocer el mundo de siete modos diferentes: a través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo para resolver problemas o hacer cosas, de una comprensión de los demás individuos y de una comprensión de nosotros mismos. Don de los individuos se diferencian por la intensidad de estas inteligencias y por las formas en que recurren a esas mismas inteligencias y las combinan para llevar a cabo diferentes labores, para solucionar problemas diversos y progresar en distintos ámbitos. Desde esta perspectiva más amplia, el concepto de inteligencia se convirtió en un concepto que funciona de diferentes maneras en las vidas de las personas. La amplia variedad de habilidades que poseen los seres humanos se puede agrupar en siete categorías:
Inteligencia lingüística: es la capacidad para usar palabras de manera efectiva, sea en forma oral o de manera escrita. Esta inteligencia incluye la habilidad para manipular la sintaxis o significados del lenguaje o usos prácticos del lenguaje. Algunos usos incluyen la retórica y la mnemónica, la explicación (usar el lenguaje para informar).
Inteligencia lógico-matemática: es la capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. Esta inteligencia incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones (siàentonces, causaàefecto), las funciones y las abstracciones. Los tipos de procesos que se usan al servicio de esta inteligencia incluyen: la categorización, la clasificación, la inferencia, la generalización, el cálculo y la demostración de la hipótesis.
Inteligencia corporal-kinética: es la capacidad para usar todo el cuerpo para expresar ideas y sentimientos, y la facilidad en el uso de las propias manos para producir o transformar cosas. Incluye habilidades físicas como la coordinación, el equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad. Muy presente en actores, bailarines, deportistas, cirujanos, artesanos, etc.
Inteligencia espacial: es la habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual-espacial (exploradores, guías) y de ejecutar transformaciones sobre esas percepciones (decoradores de interiores, arquitectos, artistas, inventores). Incluye la sensibilidad al color, la línea, la forma, el espacio y las relaciones que existen entre estos elementos. Incluye la capacidad de visualizar, de representar de manera gráfica ideas visuales o espaciales.
Inteligencia musical: es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al ritmo, el tono, la melodía, el timbre o el color tonal de una pieza musical. Muy desarrollada en: melómanos, críticos musicales, compositores, intérpretes, etc.
Inteligencia interpersonal: es la capacidad de percibir y establecer distinciones en los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones, y los sentimientos de otras personas. Puede incluir la sensibilidad a las expresiones faciales, la voz y los gestos, la capacidad para discriminar entre diferentes clases de señales interpersonales y la habilidad para responder de manera efectiva a estas señales en la práctica. Muy presente en personas que saben manejarse frente a grupos grandes, liderarlos, manipularlos.
Inteligencia intrapersonal: consiste en el conocimiento de sí mismo y la habilidad para adaptar las propias maneras de actuar a partir de ese conocimiento. Incluye tener una imagen precisa de uno mismo, comprendiendo las limitaciones y potencialidades, tener conciencia de los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones, los temperamentos y los deseos, y la capacidad para la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima.
Inteligencia naturalista: es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, como animales o plantas, etc. Están implicadas las habilidades de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento del entorno. Muy predominante en la gente de campo, botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas, entre otros.
3.2. TEORÍA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Durante siglos se asoció la inteligencia a la razón y la ciencia, dejando de lado las emociones y el corazón, a pesar de que numerosos filósofos, como Pascal, Kierkegaard, Scheler, Unamuno o María Zambrano, han hablado de la importancia de las emociones y de los afectos, de las “razones del corazón”.
El psicólogo Daniel Goleman, en su libro Inteligencia emocionalde 1995 ha mostrado que las emociones y los sentimientos constituyen también una faceta de la inteligencia.
Distingue cinco habilidades de la inteligencia emocional:
1) Conocimiento de uno mismo.
2) Autocontrol emocional del estrés y la ansiedad.
3) Automotivación para lograr los objetivos, a pesar de las dificultades y contratiempos.
4) Reconocimiento de las emociones ajenas o empatía.
5) Capacidad para establecer relaciones con los demás (habilidades sociales)
4. MEDICIÓN DE LA INTELIGENCIA ÚNICA
Los psicólogos miden la inteligencia utilizando test o pruebas psicotécnicas.
Los primeros test fueron desarrollados por el psicólogo francés Alfred Binet(1857-1911), quien elaboró la primera “Escala de la inteligencia”, relacionando la edad mental de los niños con su edad cronológica, para averiguar si estaban adelantados o retrasados respecto del nivel mental propio de su edad.
En 1912, el psicólogo alemán Wilhelm Sterndefinió el llamado cociente o coeficiente intelectual (CI), que se determina mediante la siguiente fórmula:
CI = EM (edad mental) /EC (edad cronológica) x 100
La escala de inteligencia va desde 0-24 (deficiente) /70-79 (borderlines o límites) a > 140 (superdotado), pasando por 80-119 (normal, bajo, bajo, medio y alto).
Los test suelen medir la capacidad verbal, el razonamiento numérico, el razonamiento abstracto-visual o la memoria a corto plazo; pero han sido también criticados, porque se centran sólo en el lenguaje y las matemáticas, y no se ocupan apenas de la creatividad o de la intuición. Además, en ellos se prescinde del contexto social o cultural, con lo que se han utilizado para excluir a grupos de inmigrantes, discriminación entre sexos, razas, etc., a los que se trata de “débiles mentales”.
5. LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL.
En 1950 Alan Turing publicó el libro Computing Machinery and Inteligence, y en 1956 John McCarthy creó el término “Inteligencia artificial”: IA, una forma de programar computadores, para que sean capaces de resolver tareas y problemas.
La IA es tanto una ciencia (porque teoriza sobre los conceptos e hipótesis de la inteligencia) como una tecnología (puesto que desarrolla los medios técnicos adecuados para la fabricación de máquinas inteligentes). Sin embargo, los especialistas no consiguen ponerse de acuerdo sobre la posibilidad real de construir en el futuro máquinas inteligentes.
El tema central de la discusión radica en los sistemas de resolución de problemas que pueden utilizar las computadoras. Las máquinas usan mayoritariamente sistemas algorítmicos, mientras que la inteligencia humana emplea con asiduidad estrategias heurísticas. Los métodos algorítmicos se caracterizan por tomar en consideración todas las posibilidades relativas a un problema. Aunque los algoritmos garanticen un número finito de posibilidades, en muchas ocasiones ese número es elevadísimo y exige emplear un tiempo abrumadoramente amplio. Como ventaja, cabe destacar que, si el problema está bien planteado, acaba encontrándose la solución exacta. El método heurístico, en cambio, sólo toma en consideración las estrategias aparentemente más adecuadas para alcanzar la solución, dejando sin analizar el resto de las posibilidades.
La IA trata de simular el comportamiento de la inteligencia humana en cinco áreas:
- Razonamiento simbólico.
- Simulación del funcionamiento de redes neuronales, creando redes artificiales de circuitos; en este ámbito, hay dos posiciones:
- Los investigadores bottom-up tratan de crear neuronas artificiales electrónicas, que simulen redes neuronales humanas…
- Los investigadores top-down crean programas informáticos, que simulen los procesos de un cerebro inteligente.
- Tratamiento del lenguaje natural, haciendo capaz a la máquina de simular el lenguaje humano.
- Visión artificial y reconocimiento de imágenes.
- Robótica y creación de servomecanismos autónomos.
Por otro lado, las nuevas tecnologías están creando un nuevo tipo de inteligencia, la mente colectiva, que es:
- Interactiva (conecta a todos los hombres y las máquinas entre sí).
- Hipertextual (permite el acceso a cualquier texto desde cualquier lugar), y…
- Conectiva, pues permite a los humanos y máquinas interactuar en tiempo real dentro del universo virtual, creando lo que el filósofo surcoreano Byung-Chul-Han (1959) llama la “mente colmena”.
6. EL PENSAMIENTO CREATIVO
Los estudios sobre creatividad se multiplicaron a raíz de una conferencia pronunciada por Guilford en 1950. Ya hemos visto que éste afirmaba que las pruebas de inteligencia y, en general, los exámenes no preveían más que una respuesta acertada por cada pregunta. De esta forma, las respuestas originales quedaban excluidas con lo que lo que se fomentaba era el conformismo y la falta de creatividad. Guilford llamó “pensamiento convergente” al que “converge” hacia la respuesta prevista, ya sabida, coherente con los conocimientos convencionales. Sin embargo, el “pensamiento divergente” supone dar respuestas valiosas pero insólitas, nuevas.
La creatividad es algo más que pensamiento divergente porque supone también el uso de la imaginación, la afectividad y otras habilidades intelectuales. Podríamos señalar como actividades creativas de la mente: la sensibilidad ante los problemas, la fluidez de ideas, la flexibilidad mental, la originalidad, la capacidad de análisis y síntesis y la capacidad de redefinición de los problemas.
El pensamiento creativo es un proceso en el que podemos distinguir las siguientes etapas:
- Preparación: Se trata de indagar en el problema y reunir información. La motivación de esta etapa es la curiosidad.
- Incubación: Es un periodo de espera. Todo el material recogido en la etapa anterior debe organizarse y para eso se necesita no precipitarse buscando la respuesta rápida, hay que dejar que la información repose porque es probable que exista una actividad inconsciente
- Inspiración: Lo que la gente entiende por el acto creativo en sí. Surge la idea, que después desarrollaremos.
- Verificación: En esta fase tenemos que comprobar el valor del producto de la inspiración. Se trata de hacer autocrítica al final del proceso.
Muy semejante a lo anterior es la taxonomía de Bloom de 1956 y que posteriormente fue revisada por sus discípulos. El objetivo de esta propuesta teórica es que, después de realizar un proceso de aprendizaje, el alumnado adquiera nuevas habilidades y conocimientos. Los niveles de la taxonomía de Bloom son: conocer, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.
7. PSICOLOGÍA DEL ARTE
En líneas generales, la psicología del arte se centra estudio de los fenómenos de la creación y la apreciación artística.
La complejidad del objeto de estudio requiere de la aportación de otras ramas de la psicología básica que estudian la percepción, la emoción y la memoria, las funciones superiores del pensamiento y el lenguaje. Así como de otras psicologías aplicadas tales como la psicobiología, la psicopatología, los estudios de personalidad, la psicología evolutiva o la psicología social. No hay que olvidar tampoco que la interdisciplinariedad, no solo es relativa a la propia psicología, sino que también incluye aportaciones de la Estética o la Historia del Arte.
Una de las cuestiones fundamentales de esta área es si el gusto puede considerarse como un tipo de sensibilidad individual, o bien como el producto de influencias ambientales: culturales, epocales, sociales, económicas, etc.
El arte se constituye como fuente de expresión fundamental del ser humano, posibilitando la expresión de la vida intrapsíquica.
Es concebido como una actividad que requiere un aprendizaje y hace referencia tanto a la habilidad técnica como al talento creativo en un contexto artístico específico, sea este musical, literario, visual... El arte procura a la persona o personas que lo practican y a quienes lo observan una experiencia que puede ser de orden estético, emocional, intelectual o bien combinar todas.
Vygotsky fue pionero en evidenciar la necesidad de analizar el arte desde una perspectiva integral, entendiéndolo como herramienta tanto de expresión emocional, como de socialización. Se interesó objetivamente en la obra de arte existente, independiente de su creador. Ante todo, buscaba la posibilidad de la investigación objetiva de la obra de arte. El propio Vygotsky afirma: "En nuestra opinión, la idea central de la psicología del arte (más bien del arte y la psicología), es el reconocimiento de la superación del material a través de la forma artística, o el ver el arte como una manifestación social del sentimiento.”
Vygotsky parte del supuesto que la obra de arte un sistema organizado dirigido a despertar emociones en el individuo, encaminadas a comunicar la riqueza que posee cada persona y a generar una relación del individuo con otros. Así, el arte posibilita a cada individuo ir más allá de su yo y fundirse en el nosotros.
Para el desarrollo de esta disciplina han sido muy relevantes las contribuciones de Fechner, Freud, Richard Müller-Freienfels, la escuela de la Gestalt, destacando en ésta los trabajos de Rudolph Arnheim, Howard Gardner y, por supuesto, la de Lev Semionovich Vygotsky a quien nos hemos referido en párrafos anteriores.
Para finalizar hemos de destacar la virtualidad del arte como terapia.
8. LA CONSCIENCIA HUMANA.
La conciencia es una propiedad de la actividad del cerebro si bien no se localiza en un lugar concreto del mismo. Es una corriente o flujo de conocimiento, siempre cambiante y no un «espacio» de la mente. Nos permite el conocimiento de nosotros mismos y de la realidad, y acompaña a todas nuestras impresiones y acciones. Tener conciencia significa darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor y en nosotros mismos, nos damos cuenta de nuestros pensamientos, de nuestras emociones y sentimientos, de nuestros deseos, recuerdos, conductas ....
La mayor parte de nuestra vida transcurre en el estado de conciencia consciente que llamamos vigilia, pero hay otros estados de conciencia entre los que psicología distingue:
- Estados de conciencia alternativos, que se producen de forma natural y espontánea cuando dormimos, soñamos y cuando deliramos por fiebre alta.
- Estados de conciencia alterados, que se producen de forma artificial y provocada por medio de procesos como: la meditación, la hipnosis y el uso de drogas.
EL neurocientífico Paul Churchland afirma que las capacidades psicológicas, entre ellas la conciencia, dependen de los mecanismos neurobiológicos que las realizan.
Las características principales de La conciencia son:
• Implica la memoria a corto plazo (MCP).
• Es independiente de las entradas sensoriales (por ejemplo, fantasear).
• Exige atención dirigible.
• Tiene la capacidad de realizar interpretaciones alternativas de datos complejos o ambiguos.
• Desaparece en el sueño profundo.
• Reaparece al soñar, al menos en una forma cambiada o deslavazada.
• Encubre modalidades sensoriales básicas distintas en una experiencia singular unificada.
8.1. LOS NIVELES DE CONCIENCIA
Suelen distinguirse 7 niveles de conciencia:
8.2. ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA
Llegamos a ellos de forma inducida artificialmente (ej. drogas, hipnosis, meditación). Los estados alterados de conciencia pueden originar estas consecuencias:
- Alteraciones del pensamiento. El individuo puede experimentar una alteración de los procesos cognitivos: atención, memoria y capacidad de juicio. Ej. Puede confundir la fantasía con la realidad.
- Pérdida de la noción del tiempo. Puede sentir que el tiempo transcurre rápidamente o que está detenido.
- Pérdida de control. Ej. bajo el efecto de una droga como el alcohol perdemos el control de nosotros mismos.
- Cambio en la expresión de las emociones. Algunas personas son incapaces de sentir y mostrar emoción alguna. Otras pueden ser víctimas del proceso contrario, la reacción violenta, como el hombre que maltrata a su mujer cuando está borracho.
- Alteraciones perceptivas y cambios en la imagen corporal. Las personas que se encuentran bajo la influencia de LSD o tienen un brote esquizofrénico pueden sufrir alucinaciones y delirios.
- Cambio en el sentido o significado. A veces, cuando alguien está borracho o soñando puede creer haber hallado el sentido último de la vida; sin embargo, después de la resaca o al despertar, esas creencias se desvanecen.
- Sugestionabilidad. Un sujeto en trance hipnótico es capaz de actuar sin percatarse de lo que hace.
8.3 EL SUEÑO
Se puede definir como un estado de conciencia en el que el cuerpo adopta una postura determinada, con muy pocos movimientos y sin respuesta a los estímulos, es un proceso cíclico que se da cada día, y dura varias horas.
Durante el sueño se producen cambios fisiológicos en la actividad cerebral, disminución las funciones corporales y se dan cambios en la conciencia. Mientras soñamos el pulso se acelera, la respiración y la presión sanguínea se hacen irregulares y no hay tono muscular.
Todavía ignoramos porqué soñamos si bien sabemos que lo hacemos cada noche, aunque no lo recordemos. Los sueños pueden ser una respuesta a acontecimientos que nos han sucedido, pueden manifestar preocupaciones y expresar deseos y conflictos no resueltos de quien sueña.
8.3.1. FASES DEL SUEÑO
Durante el sueño atravesamos varias fases alternas medidas por el EEG (electroencefalograma) y en las que se dan diferentes patrones de ondas cerebrales más lentas o rápidas de acuerdo al tipo de actividad que desarrolla el cerebro.
Dejar a alguien sin los sueños de ondas lentas produce cansancio y una reducción del ritmo vital, e impedirle dormir durante la fase del sueño REM origina un estado de intolerancia e irritabilidad.
8.3.2. TRASTORNOS DEL SUEÑO
Insomnio. Es el trastorno del sueño más frecuente y se caracteriza por la dificultad de iniciar o mantener el sueño. El insomnio puede ser causado por factores biológicos (uso de estimulantes) o psicológicos (habituarse a ver la TV en el dormitorio). Puede ser transitorio o crónico. El insomnio transitorio se produce por el estrés, los cambios de horario en el trabajo, la realización de un viaje o por crisis emocionales. El insomnio crónico se debe a problemas orgánicos o psicológicos. Suelen padecerlo personas con trastornos psiquiátricos, con migrañas nocturnas o que toman fármacos depresores del SNC. El sueño es algo espontáneo, y un error de los insomnes es obligarse a dormir mediante un acto de voluntad, con lo que consiguen estar más despiertos. La cantidad necesaria de sueño varía en cada persona.
Apnea del sueño. Durante el sueño la respiración se detiene durante 20 segundos o más, hasta que la persona se despierta un poco, traga aire y se vuelve a dormir. Este ciclo se puede repetir muchas veces durante la noche.
Narcolepsia. Son ataques de sueño diurnos, repentinos e irresistibles, que pueden durar desde unos minutos hasta media hora e implican pérdida de fuerza muscular y, a veces, alucinaciones visuales o auditivas.
Sonambulismo. Consiste en levantarse de la cama cuando se está dormido. El sonámbulo mantiene los ojos abiertos y fijos, puede inspeccionar el ambiente evitando los objetos encontrados a su paso e incluso puede vestirse y salir de casa. Un episodio de ese tipo puede durar más de media hora.
Pesadillas nocturnas. Son sueños terroríficos, comunes en niños y adolescentes, que les provocan angustia y sobresaltos, y perturban el sueño de manera significativa.
Terrores nocturnos. Son despertares bruscos precedidos por gritos y lloros, sin contenido onírico, por lo que no dejan recuerdos.
Somniloquio. Consiste en hablar o emitir sonidos durante el sueño. Dura pocos segundos y ocurre de forma esporádica. No es un signo de desorden patológico.
Bruxismo (rechinar de dientes). Suele aparecer en las dos primeras fases del sueño y, a pesar del ruido producido, la persona no se despierta. Su etiología es desconocida.