ARISTÓTELES (384-322 a. C.)
Aristóteles (384-322 a. C.) nació en Estagira (de ahí el sobrenombre de “el estagirita”) una ciudad cercana al actual monte Athos en el reino de Macedonia al norte de la Grecia. Su padre Nicómaco, era el médico del Rey Amintas III de Macedonia. A los dieciocho años y tras la muerte de su padre, se trasladó a Atenas para formarse como filósofo en la Academia de Platón, donde permaneció durante los siguientes veinte años, primero como discípulo, y luego como maestro. Tras la muerte de Platón, la dirección de la Academia pasó a manos de Espeusipo (el sobrino de Platón). Inconforme, Aristóteles dejó Atenas y vivió durante algún tiempo en Asia Menor, en la corte de un tirano que había sido condiscípulo suyo. Se casó con Pitias, hija adoptiva del tirano. A los 38 años Filipo II, rey de Macedonia, lo llamó a su corte y le encargó la educación de su hijo Alejandro. Poco después, de iniciar Alejandro su reinado, Aristóteles regresó a Atenas y allí fundó su propia escuela, el Liceo, así llamada por estar situada dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Likeios. A los miembros del Liceo se les dio el sobrenombre de “peripatéticos” porque solían dar sus clases paseando por los jardines. Aristóteles realizó una importante labor de investigación y enseñanza en las distintas ramas del saber. Con la temprana muerte de Alejandro, Aristóteles, protegido suyo, tuvo que hacer frente al sentimiento antimacedonio que estalló en Atenas. Acusado de ateísmo, Aristóteles tuvo que exilarse y se refugió en Calcis, donde murió al año siguiente, el 322 a. C., a los 62 años de edad.
La obra de Aristóteles suele dividirse en textos:
a) Exotéricos: Escritos en forma de diálogo (tal como lo hizo Platón) dirigidos al gran público y de los que apenas se conservan fragmentos.
b) Esotéricos: También llamados “acromáticos”. Escritos de manera sistemática y destinados a sus discípulos del Liceo. A este grupo corresponden sus obras más conocidas: Física, Metafísica, Ética a Nicómaco, Política, Órganon, Poética, etc.
Su amplia obra fue ordenada por Andrónico de Rodas en lo que hoy conocemos como “Corpus Aristotelicum".
Considerado uno de los más grandes filósofos de la historia por la amplitud de sus intereses teóricos, por la novedad que representó su filosofía y la mucha influencia ésta proyectó durante toda la Edad Media gracias a las traducciones de filósofos judíos y musulmanes, por cierto, españoles. Sin embargo, sus ideas astronómicas, asumidas por la Iglesia, supusieron un gran obstáculo para el desarrollo científico renacentista y de la época moderna. A pesar de esto, Aristóteles, junto a Platón, es una figura cumbre del pensamiento y cultura occidentales.
Desde un punto de vista social, el siglo IV a.C. es una época turbulenta que desemboca en la crisis del ideal griego y de la polis como forma básica de organización política.
Las diferencias sociales se acentúan y se disgrega la estructura básica de la sociedad del periodo clásico ciudadano /soldado/ campesino.
La escasez provoca la demanda de trabajos dependientes, aumentando el número de esclavos y de mercenarios.
Se producen movimientos migratorios de las poblaciones empobrecidas que alteran el statu quo del periodo clásico, agravando las tensiones entre pobres y ricos. Las mujeres estaban excluidas de estas actividades, así como de la vida pública quedando sobre todo si eran de buena posición social, recluidas en casa y privadas de una educación similar a la del hombre.
Desde un punto de vista político, en aquella época Grecia se componía de un conjunto de polis independientes económica, política y militarmente hablando. Sin embargo, compartían elementos comunes como la lengua y los ritos religiosos.
Grecia se expandía por el mar Egeo ocupando polis continentales en Macedonia y Tracia, territorios peninsulares e islas como Creta. Además, su expansión se extendió por África, Jonia, Italia y España.
Entre todas las polis cabe destacar Atenas cuya hegemonía se debió a la gran victoria que obtuvo en las Guerras Médicas, que enfrentaba a los persas contra las polis griegas, estableciendo así la democracia.
La época del esplendor ateniense irá desvaneciéndose tras la guerra del Peloponeso que enfrentó a Atenas con Esparta. La victoria de los espartanos trajo como consecuencia la caída de la democracia. Esparta instauró el Gobierno de los Treinta Tiranos, etapa donde se condena a Sócrates.
La hegemonía espartana duró alrededor de 16 años, tras su derrota en la batalla de Eleuctra (361 a.C.) frente a los tebanos liderados por Epaminondas. En la batalla de Mantinea (362 a.C.) los tebanos son vencidos por los espartanos. La debilidad de Grecia central sirvió de acicate a Filipo II de Macedonia, quien inició una política expansionista por toda Grecia. Esta tarea se vio frenada por la liga Helénica (Atenas y Tebas) que consideraba bárbaros a los macedonios, pero su resistencia se vio vencida al ser derrotados en la batalla de Queronea (338), tras la que Filipo instituyó la paz panhelénica con la institución de la Liga de Corinto.
En el año 336 a.C. Filipo II entró en guerra contra la dinastía aqueménida (persas), pero fue asesinado por Pausanias de Orestis al comienzo del conflicto.
Alejandro Magno, heredero de Filipo II, prosiguió la guerra. Derrotó a Darío III de Persia y desmanteló completamente la dinastía aqueménida, anexionándola a Macedonia y ganándose el epíteto de «Magno». A la muerte de Alejandro en el 323 a. C., el poder y la influencia de Grecia estaban en su apogeo. Sin embargo, como consecuencia de una nueva mentalidad cosmopolita, el individuo pierde el marco de referencia de la polis (el terruño) y se siente perdido en un mundo que se ha hecho demasiado grande y extranjero. Según Aristóteles, el hombre era un animal político, que se desarrollaba plenamente en el marco de la ciudad-Estado (polis). En la nueva situación política, el hombre es ciudadano del mundo, y su marco de referencia es la humanidad y la naturaleza. El individuo reclama para sí la autosuficiencia y la autonomía, tal como postulan los estoicos, epicúreos y cínicos entre otros.