escuela de frankfurt
1.CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS Y SOCIOPOLÍTICAS
2.CARACTERES GENERALES DE LA ESCUELA DE FRANKFURT
PRESENTACIÓN
TEXTO
CONTEXTO

 

Video sobre Adorno y la Escuela de Frankfurt perteneciente a la serie Aventura del pensamiento. Savater

 

1. CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS Y SOCIOPOLÍTICAS. CONTEXTO

La Escuela de Frankfurt surge con la fundación, en 1923, del Instituto para la Investigación Social, en el periodo que se corresponde con la República de Weimar tras la derrota de Alemania al término de la Primera Guerra Mundial y se extendió entre los años 1919 y 1933, cuando Hitler aprovecha de la gran crisis económica y el descontento social para imponer en Alemania el totalitarismo nazi. A este período lo conocemos como el Tercer Reich. Entre las ideas delirantes de Hitler y sus seguidores nazis se encontraba la de la defensa de raza aria frente a las razas inferiores. Con el fin de dar una "solución final" al "problema judío" deciden exterminarlos en esas fábricas de horror y muerte en las que se convertirán los campos de exterminio: Dachau, Mauthausen, Auschwitz-Birkenau. En ellos fueron torturados y masacrados judíos, eslavos, disidentes de todas clases y prisioneros de guerra (entre ellos republicanos españoles en Mauthausen), todos ellos considerados "enemigos del Estado." Entre dichos "enemigos" se encontraban los frankfurtianos, quienes hubieron de exiliarse en el mejor de los casos. Al mismo tiempo,  el afán expansionista de Hitler desencadena la Segunda Guerra Mundial en 1939.

También en los años veinte y treinta se endurece el comunismo en Rusia y en las Repúblicas Soviéticas bajo el mando de Stalin, y pasa a convertirse en auténtica dictadura del terror. Radicalizando las tendencias autoritarias presentes entre los bolcheviques desde la Revolución Rusa de 1917. Stalin anuló todas las libertades, reprimió todo signo de pluralismo y aterrorizó a la población instaurando un régimen policial. Dispuesto a eliminar no sólo a los discrepantes o sospechosos, sino a todo aquel que pudiera poseer algún prestigio o influencia propia, lanzó sucesivas purgas contra sus compañeros comunistas, que diezmaron el partido, eliminando a la plana mayor de la Revolución.

No debemos olvidar el Fascismo italiano de Mussolini, quien accede al poder en 1922, populista, represivo, policial, en definitiva: otro sistema totalitario como dos anteriormente mencionados.  

Tras la derrota de Alemania y sus aliados en 1945, el mundo se polariza en dos grandes bloques: los EE.UU. y sus aliados y la URSS y sus aliados. Capitalismo y Comunismo se enfrentan en un clima no abiertamente bélico por la hegemonía. Son los años de la guerra fría.
A partir de 1960 las dos potencias comienzan a dar pasos para suavizar el conflicto, y la guerra fría va dando paso a un intento de coexistencia pacífica. El comunismo ruso adopta posiciones menos combativas (en parte, a consecuencia del auge de China). Algunos partidos socialistas occidentales moderan igualmente sus tesis y derivan hacia la social-democracia.

La sociedad europea asume el neocapitalismo que supone una nueva consolidación de la burguesía, a costa, sin embargo, de concesiones a los trabajadores: mejoras salariales y de las condiciones de trabajo, seguridad social, etc. Estamos en el llamado Estado de Bienestar y en la sociedad de consumo. Pero la indudable prosperidad material aparecerá pronto acompañada de un nuevo y hondo malestar ante nuevas formas de alienación: la presión de la publicidad que impulsa a consumir más y por ello obliga a trabajar más; la degradación de la calidad de la vida: malestar vital, contaminación, degradación ambiental...

Como respuesta a este "malestar en la cultura" (parafraseando a Freud), surgen nuevos movimientos de izquierda revolucionarios que intentan despertar la conciencia de las masas "adormecidas" por la sociedad de consumo y replantean la necesidad de una revolución total. Tal es el caso de Francia, el Mayo del 68, en el que estudiantes y trabajadores se alían para luchar contra el capitalismo.  Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Estados Unidos o Checoslovaquia (Primavera de Praga) España, México, Uruguay… Todo este hervidero revolucionario fue apoyado por los frankfurtianos y no se explicaría sin la rebelión del Movimiento de Libre expresión (Free Speech Movement) de la Universidad de Berkeley (1964), cuyo teórico era Herbert Marcuse.

 

2. CARACTERES GENERALES DE LA ESCUELA DE FRANKFURT

2.1. BREVE RECORRIDO

La Escuela de Frankfurt surge con la fundación, en 1923, del Instituto para la Investigación Social (IIS), interesados en desarrollar una reflexión interdisciplinar sobre la sociedad burguesa-capitalista desde una óptica marxista. Posteriormente incorpora la reflexión psicoanalítica de Freud. Sus principales representantes son: Horkheimer, Adorno; Fromm; Marcuse y finalmente Habermas.

En 1931, bajo la dirección de Horkheimer, cambia la orientación: en vez de centrarse en estudios exclusivamente marxistas, se realizan investigaciones interdisciplinares: sociología, psicología, etc., aunque predomina la reflexión filosófica. En este segundo periodo pasan a formar parte de la escuela Fromm, Adorno, Marcuse, entre otros, dando lugar a la que fue llamada "teoría crítica". El proyecto de ésta era retomar, profundizándola,  la teoría de Marx - como teoría crítica del capitalismo- , incorporando los desarrollos de Freud en lo relativo a la sociedad. En 1934, año siguiente de la llegada de Hitler al poder, los nazis cerraron el Instituto por las tendencias comunistas y la ascendencia judía de la mayoría de sus miembros, muchos de los cuales se exiliaron y algunos murieron. Horkheimer trasladó la actividad de la escuela a Ginebra y París,  y finalmente  en ese mismo año se instalan en la Universidad de Columbia (Nueva York) abriéndose así su etapa norteamericana.

La primera obra colectiva de los frankfurtianos son los Estudios sobre Autoridad y Familia, escritos en París, donde estos hacen un diagnóstico de la estabilidad social y cultural de las sociedades burguesas contemporáneas. Hacia 1947, con la aparición de "Dialéctica del Iluminismo", escrita por Horkheimer y Adorno, se verifica un cambio de posición en relación al marxismo, cuyo nombre ya se evita. 

Con Fromm y Marcuse se produce la incorporación del psicoanálisis a la teoría crítica.

Las ideas de los frankfurtianos influyeron en gran medida en los movimientos contestatarios de la década de 1960.

Jürgen Habermas, tras la muerte de Adorno y Horkheimer, es el principal representante de la segunda etapa de la Escuela de Frankfurt.

 

2.2. TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA; INTERDISCIPLINARIEDAD; CRÍTICA AL POSITIVISMO

En 1937, Max Horkheimer una obra titulada Teoría tradicional y teoría crítica, en la que aparece por vez primera la expresión "teoría crítica", para distinguirla de la "teoría tradicional". Los frankfurtianos entienden por teoría tradicional aquella que considera que la ciencia es un saber objetivo y neutral, guiado por la búsqueda desinteresada de la verdad. Tal es la posición del positivismo. Sin embargo, según los de la escuela, la posición positivista es una ideología al servicio del poder establecido y legitima las distintas formas de dominación del ser humano. La razón positivista, la teoría tradicional es considerada una razón instrumental que se centra en los medios y no en los fines, convirtiendo al ser humano en un medio.

La teoría crítica, por el contrario, considera que la razón ha de ser crítica frente a todo tipo de ideología manipuladora y alienante, que pretendiendo dominar la naturaleza ha terminado dominando al ser humano, tal y como se observa en el surgimiento de los totalitarismos. El objetivo de la teoría crítica es fundamentalmente emancipador: la razón debe liberar al ser humano, no esclavizarlo. Su meta es una sociedad más justa y para ello es necesario aunar teoría y praxis. El análisis de la sociedad requiere una perspectiva interdisciplinar

 

2.3. ANÁLISIS CRÍTICO DEL MARXISMO.

En un principio el objetivo principal de la teoría crítica fue el análisis de la sociedad en la República de Weimar, en la que las posiciones políticas predominantes eran el nazismo y el comunismo. Los frankfurtianos pensaban que la única alternativa al nazismo era una revolución de tipo marxista que llevara a una sociedad más justa e igualitaria. Al mismo tiempo eran conscientes de que una sociedad perfecta,"sociedad justa", era un ideal inalcanzable, por eso creían que el papel de la teoría crítica era "negativo", es decir, que su objetivo era el de hacer una crítica de los aspectos negativos de la sociedad de su tiempo.  Por una parte creían en la posibilidad de la transformación social, y por otra desconfiaban de las utopías políticas propuestas desde los tiempos de la ilustración y su confianza ciega en la razón y en el progreso. Esta primitiva teoría crítica evolucionó hasta la teoría crítica posterior a la Segunda Guerra Mundial cuando la Escuela fue consciente de las inexactas perspectivas de Marx sobre el potencial de la lucha de clases en vistas a la realización de un orden social justo.

Los frankfurtianos critican diversos aspectos de las predicciones de Marx. En primer lugar: al considerar que el proletariado ya no podía ser una clase revolucionaria que transformara la sociedad alienante capitalista porque dicho sistema había conseguido aburguesarlo, integrarlo en el sistema de consumo creciente. En la llamada "sociedad del bienestar" posterior a la II Guerra Mundial se elevó el nivel de vida del proletariado, los ("nos") convirtió en aburguesados y conformistas, alienados por los medios de comunicación de masas, Tal como Horkheimer y Adorno afirman en su obra "Dialéctica de la Ilustración" y Marcuse en "El hombre unidimensional"

En segundo lugar, los de la escuela creían que el colapso del capitalismo del que habló Marx, no se produciría porque las crisis económicas podrían evitarse mediante la intervención política y económica. Según Horkheimer, las crisis continuas que Marx pronosticaba para el capitalismo no habían sucedido. Entre la crisis del 1929 y la del 1970 el modo de producción capitalista experimentó un crecimiento continuo gracias a las políticas Keynes quien, en tiempos de crisis, sugirió que el Estado debería intervenir en la economía, crear grandes infraestructuras y, consiguientemente, puestos de trabajo.

Si Horkheimer viviese hoy su discurso sería radicalmente diferente. La crisis de  2008  que aún sufrimos  ha supuesto el empobrecimiento de las clases trabajadoras, paro y la acumulación de capital cada vez en menos manos dando la razón a Marx en su teoría del colapso del capitalismo: acumulación de la riqueza en unas pocas manos y extensión de la pobreza.

En tercer lugar, Marx creía que una sociedad justa haría a los seres humanos más libres. Horkheimer, por el contrario, manifiesta que a mayor libertad, menor justicia y viceversa. A mayor libertad, mayor peligro de abuso y totalitarismo. A mayor justicia, más represión y vuelta al totalitarismo. En efecto, cualquier política que busca la justicia y la igualdad tiende a crear un estado fuerte, ser autoritaria y restringe la libertad de los individuos, tal como ocurría en los regímenes comunistas o fascistas. En cambio, las políticas que garanticen mayores cotas de libertad individual promocionan a su vez un mayor grado de desigualdad e injusticia social. Horkheimer considera, muy al contrario de lo que pensaban los pensadores ilustrados, que a mayor libertad, menos justicia. Esto se explica porque cada cual entiende que la libertad consiste en hacer lo que se quiera y en esa competencia de distintas voluntades la libertad de los más poderosos puede imponerse a  la de los menos de manera injusta. Por otra parte, aparentemente vivimos en una sociedad más libre que la de épocas anteriores: libertad de expresión, de movimiento, religiosa, etc., sin embargo, esto no es más que pura apariencia. En efecto, en las sociedades actuales el control sobre los individuos es cada vez mayor gracias al desarrollo tecnológico, la creciente burocracia, la manipulación de los medios de comunicación, etc. Todo lo anterior hace que estemos alienados y que la libertad sea más un ideal que una realidad. El ámbito de la libertad se ha reducido al ámbito del mercado.

Habermas, miembro de segunda generación, sostiene que sólo mediante una ética basada en el diálogo podremos alcanzar una sociedad más justa.

"Marx afirmó que la revolución sería un resultado de las crisis económicas, cada vez más agudas, unidas a la progresiva miseria de la clase trabajadora en todos los países capitalistas. Esto induciría finalmente al proletariado a poner fin a este estado y a crear una sociedad justa. Empezamos a darnos cuenta de que esta teoría era falsa, porque a la clase trabajadora le va ahora mucho mejor que en tiempos de Marx. Muchos trabajadores se convierten de simples obreros manuales en empleados con una categoría social más elevada y con mejor tenor de vida. Además, el número de empleados aumenta constantemente con respecto al de los obreros. En segundo lugar, es evidente que las crisis económicas graves son cada vez menos frecuentes. En gran parte pueden impedirse mediante intervenciones de tipo económico-político. En tercer lugar, lo que Marx esperaba en definitiva de la sociedad correcta es probablemente falso por el mero hecho de que (y este principio es importante para la teoría crítica) libertad y justicia están tan unidas como que constituyen cosas opuestas; a mayor justicia, menos libertad. Para que las cosas se efectúen con justicia, se les deben prohibir a las personas muchas cosas, sobre todo el no imponerse a los demás. Pero cuanta más libertad hay, tanto más aquel que desarrolla sus fuerzas y es más listo que el otro podrá al final someter al otro, y, por consiguiente, habrá menos justicia." Horkheimer:La teoría crítica ayer y hoy"

2.4. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA ILUSTRACIÓN.

La experiencia vital e histórica de los miembros de la Escuela de Frankfurt provocó un giro en su pensamiento. La barbarie sistemática y racionalmente organizada les hizo desconfiar de la capacidad del hombre y especialmente de la razón para lograr construir sociedades justas e igualitarias. Los filósofos ilustrados creían que los problemas de la humanidad  tendrían solución cuando el ser humano fuera capaz de aplicar la razón a todas las esferas de su vida. Su optimista confianza en el progreso humano gracias a la "divina" razón, cargada de elementos míticos, hizo temblar al mundo con armas hasta entonces desconocidas. La Primera y la Segunda Guerras Mundiales, los campos de exterminio nazis, las bombas nucleares mostraron el poder mortífero y el aspecto más siniestro de la razón: la paradójica "racionalización" de la destrucción. ¿Es ese el poder emancipador de la razón? ¿Y qué decir de la alienación de las sociedades neocapitalistas en las que los seres humanos son instrumentalizados en aras del todo poderoso mercado o de las necesidades productivas?

Horkheimer y Adorno entienden que el hombre ilustrado pretende dominar la naturaleza como si esta fuera su enemiga, y para ello desarrolla una razón instrumental en la que todo es reducido a un simple medio o instrumento. En las sociedades del capitalismo tardío se ha seguido igualmente este modelo de dominación al que ha contribuido la técnica. Igualmente grave es que la existencia de orden social requiera de la represión de la propia naturaleza humana de sus instintos, tal como afirmaba Freud en su obra El Malestar en la cultura. La naturaleza, al igual que la vida humana se cosifica  y se convierte en instrumento al servicio de las fuerzas impersonales del mercado. Debido a todo lo anterior, los frankfurtianos ven necesario reinterpretar la relación del hombre con la naturaleza, tanto la interior como la exterior.

El fracaso de la razón instrumental es una de las ideas centrales de la Dialéctica de la Ilustración, de Adorno y Horkheimer. Ambos se mostraron profundamente críticos, escépticos y pesimistas frente a la capacidad racional humana.

 

2.5. ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS TOTALITARISMOS Y DEL NEOCAPITALISMO.

En un principio los frankfurtianos confiaron en el marxismo como única posibilidad conjugar el ideal proletario de justicia con el ideal liberal de progreso. Reivindicaban al individuo frente a la sociedad capitalista que alienaba al ser humano, reduciéndolo a mero productor y consumidor. Esta crítica pretendía despertar la conciencia del proletariado para luchar contra el totalitarismo y conquistar la emancipación, pero, en los años treinta, los integrantes de la Escuela se percataron de la incapacidad del proletariado para llevar a cabo esta tarea.

Tras ese momento los de la escuela llegan a la conclusión de que el proletariado ha desaparecido integrándose en la clase media de postguerra, ajena a cualquier tipo de revolución. Además el marxismo ha sido desvirtuado por la práctica totalitaria de los regímenes comunistas, como el implantado por Stalin, donde se ha perdido el ideal de justicia y se han  eliminado las libertades básicas.

La teoría crítica se centra, entonces, en la crítica a la creciente despersonalización y cosificación de las sociedades neocapitalistas provocadas por la sociedad de consumo y el control tecnológico. En las sociedades neocapitalistas todo intento de disidencia termina convirtiéndose en una mercancía (ej.: el Che y las camisetas, chapitas, posters.) El nivel de vida sube y, al mismo tiempo, todos estamos más controlados, más sometidos a la burocracia y a un exceso de normatividad. Los medios de comunicación al servicio de los intereses de mercado manipulan las conciencias y fomentan la uniformidad difundiendo una serie de valores, gustos y necesidades que convierten al individuo en un elemento más de la masa. Por todo ello, las sociedades neocapitalistas son una forma encubierta de totalitarismo.

Marcuse afirmaba que en nuestras sociedades avanzadas estaba desaparecido la diversidad y la facultad crítica iva siendo fagocitada por el control ideológico que ejerce el sistema centrado en el consumo y el canto de sirena del mercado omnipresente. El "sistema", como un gran Leviatán, ejerce su dominio, su control total, de un modo sutil, manipulando los deseos y las necesidades de las personas Según Marcuse, nuestra época se caracteriza por el "hombre unidimensional", absolutamente alienado. La solución, según él, era "despertar y organizar la solidaridad en tanto que necesidad biológica para mantenerse unidos contra la brutalidad y la explotación humanas"

Horkheimer, a su vez, señalaba que nuestra sociedad cada vez estaría más controlada, que nos encaminábamos hacia "un mundo administrado totalitariamente", es decir que la libertad individual sería cada vez más limitada a causa de una mayor burocracia (más leyes, más trámites); mayor control tecnológico sobre las personas; manipulación y alienación llevadas a cabo por los medios de comunicación de masas. Este control total es una especie de totalitarismo encubierto en el que los Estados ya no están al servicio de los ciudadanos a los que afirman representar, sino que, por el contrario, los convierte en instrumentos para satisfacer los intereses de las clases poderosas económicamente. La presencia del Estado es omnipresente. Es lo que Foucault llamó una sociedad "panóptica".

Desgraciadamente, observamos como la predicción de los frankfurtianos se ha cumplido: todos estamos controlados por cámaras de seguridad, las redes sociales son expiadas, la publicidad dicta nuestros deseos, la manipulación política está presente en todos los medios de comunicación y pretende dictar nuestro modo de pensar y actuar.

Esta evolución puede ser interrumpida, según Horkheimer, por causas naturales o de naturaleza terrorista como los proyectos de Hitler o Stalin, que intentaron llevar a cabo este proyecto de control absoluto de la población demasiado aprisa. También pueden frenarlo las rivalidades entre Estados o los Bloques de la Guerra Fría, cuyas consecuencias podrían ser una guerra nuclear o bacteriológica, por ejemplo. En definitiva, según Horkheimer,  si una catástrofe no lo impide, el curso de la historia está ya sentenciado: el individuo será absorbido por el Estado.

Horkheimer  en la nueva teoría crítica ya no defiende la revolución que proponía Marx porque considera que eso sería una catástrofe de tipo terrorista como la que provocaron Hitler o Stalin. Su propuesta es más individualista y va dirigida a la lucha individual, es decir, propone la necesidad de que cada uno intente mantener su autonomía, su derecho a ser diferente, a expresarse o realizarse a través de elementos  culturales, como por ejemplo, el arte. La liberación, por tanto, ya no puede aspirar a ser colectiva, sino individualizada. Muchos piensan que esta propuesta de Horkheimer está relacionada con el individualismo liberal de Locke, sin embargo otros creen que se parece más a  la propuesta de Nietzsche, defensor de una radical autonomía y la búsqueda de la plenitud  proponiendo hacer de la vida una obra de arte. Horkheimer se aproxima así a su compañero Adorno. Ambos consideraban que la crítica era el único imperativo moral del intelectual, la única vía de escape frente al predominio de la razón instrumental.

Marcuse, sin embargo, cree que un cambio en el statu quo es posible, y citando a Benjamin afirma que: "Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos es dada la esperanza" queriendo significar que la revolución sólo pueden llevarla a cabo las minorías no integradas: feministas, ecologistas, homosexuales, negros, estudiantes, trabajadores del Tercer Mundo... parados, extranjeros, minorías, explotados los grupos marginales y radicales los únicos que pueden llevar a cabo una oposición radical y una verdadera emancipación. Horkheimer cree, sin embargo que una revolución no es deseable.

"El camino de la sociedad que por entonces comenzamos a vislumbrar y que ahora juzgamos, es completamente diferente. Hemos llegado a la convicción de que la sociedad se desarrollará hacia un mundo administrado totalitariamente. Que todo será regulado, ¡todo! Precisamente cuando se haya llegado al punto de que los hombres dominen a la naturaleza, y' todos tengan suficiente comida y nadie necesite vivir peor o mejor que el otro, porque cada cual podrá vivir de un modo bueno y agradable, entonces tampoco significará ya nada que uno sea ministro y el otro simplemente secretario, entonces acabará siendo todo igual. Entonces podrá regularse todo automáticamente, tanto si se trata de la administración del Estado, como de la regulación del tráfico o de la regulación del consumo Esta es una tendencia inmanente en el desarrollo de la humanidad, tendencia que, sin embargo, puede ser interrumpida por catástrofes. Estas catástrofes pueden ser de naturaleza terrorista. Hitler y Stalin son síntomas de ello. En cierto modo, quisieron realizar la unificación demasiado deprisa y exterminaron a los que no se ajustaban a ella. Tales catástrofes pueden ser ocasionadas por la competencia, la cual ha pasado de los individuos a los Estados y finalmente a los bloques, y conduce a guerras que interrumpen por completo todo el desarrollo. Piensen ustedes en la bomba de hidrógeno y todo lo demás, por ejemplo, bombas capaces de infectar con bacterias a países enteros.Horkheimer: La teoría crítica ayer y hoy